Nacido en 1982 con el síndrome de Tetraamelia, una rara enfermedad embrionaria que se manifiesta por la ausencia de miembros superiores e inferiores, Nicholas James Vujicic, conocido como Nick Vujicic, se ha enfrentado a retos inimaginables desde su nacimiento. Sin embargo, la falta de brazos y piernas nunca le ha impedido lograr grandes cosas. Hoy es un reputado orador motivacional que inspira a millones de personas de todo el mundo con su mensaje de superación.
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«El discapacitado no es el que nació sin piernas ni brazos, sino el que intenta hacer algo y no puede», dice Nick en sus discursos, resumiendo la filosofía que le ha guiado a lo largo de su vida. Sobrevivir al nacer ya era una victoria, teniendo en cuenta que la tetraamelia suele provocar la muerte prematura de quienes la padecen debido a otras malformaciones corporales. Sin embargo, ésta fue sólo la primera de muchas batallas a las que se enfrentaría.
Desde muy pequeño, Nick tuvo que aprender a realizar tareas cotidianas que la mayoría de la gente considera sencillas, como lavarse los dientes, comer solo y utilizar el teléfono. Cada una de estas acciones requería una enorme fuerza de voluntad por su parte. Con el tiempo, fue dominando estas habilidades, pero los retos seguían llegando.
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La educación fue uno de los mayores obstáculos. Al vivir en el estado australiano de Victoria, donde existían restricciones legales para que los alumnos con discapacidades asistieran a las escuelas ordinarias, al principio Nick no pudo recibir una educación convencional. Esto cambió cuando se modificó la legislación, lo que le permitió convertirse en uno de los primeros estudiantes con discapacidad física en ingresar en una escuela ordinaria.
Sin embargo, la adaptación al entorno escolar le trajo nuevos problemas. Enfrentarse al acoso de sus compañeros era extremadamente doloroso. Nick se deprimió y sintió que su vida estaba destinada al fracaso. Sus padres, aunque siempre le apoyaron, no pudieron disipar la tristeza que sentía por el trato cruel de los demás.
Todo cambió cuando, a los 17 años, leyó un artículo sobre un hombre con una gran discapacidad, gracias a una sugerencia de su madre. Ese momento marcó un antes y un después, ya que le ayudó a darse cuenta de que no estaba solo en sus dificultades. Con esta nueva perspectiva, empezó a ver sus propias capacidades y el impacto positivo que podía tener en el mundo.
Nick empezó a compartir su historia en el grupo de oración de su iglesia, y la experiencia le cambió la vida. Obtuvo su licenciatura en Contabilidad y Planificación Financiera a los 21 años, demostrando que sus limitaciones físicas no eran un obstáculo para los logros académicos.
A partir de entonces, el joven dedicó su vida a ayudar a otras personas. Fundó la organización sin fines de lucro Life Without Limbs y empezó a dar charlas motivacionales por todo el mundo. En sus charlas, Nick insiste en que los únicos límites que tenemos son los que nos ponemos a nosotros mismos. Anima a la gente a soñar a lo grande, planificar y perseguir sus objetivos. «Es estupendo cuando tenemos la oportunidad de ver que podemos hacer más de lo que nuestros ojos pueden ver humanamente», afirma.