El pez luna, o Mola-Mola, destaca como uno de los peces óseos más grandes del planeta. Puede alcanzar los 3 metros de longitud y pesar más de 2 toneladas, lo que lo convierte en el pez óseo más pesado del mundo.
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Su cuerpo es redondeado y aplanado lateralmente, con una piel gruesa y áspera cubierta de una capa de mucosidad. En lugar de aleta caudal, el pez luna tiene una estructura llamada ‘clavus’. Sus aletas dorsal y anal son largas e impresionantes.
Este pez habita en todos los océanos tropicales y prefiere las aguas cálidas. Nada cerca de la superficie, pero también se sumerge a profundidades considerables. Se alimenta principalmente de medusas, pequeños peces, zooplancton y algas. El pez luna desempeña un papel importante en el control de la población de medusas en los océanos.
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Una curiosidad fascinante es su comportamiento termorregulador. Tras sumergirse en aguas frías, flota de lado en la superficie para calentarse al sol. Aunque pueda parecer extraño, se trata de una estrategia vital para su supervivencia.
Además, los peces luna albergan muchos parásitos. Por eso suelen visitar ‘estaciones de limpieza’, donde peces más pequeños eliminan estos parásitos. El crecimiento del pez luna es extraordinario; al nacer, mide apenas unos milímetros y crece rápidamente.
A pesar de su imponente tamaño, se enfrentan a depredadores. Leones marinos, orcas y tiburones pueden atacarlos. Además, los peces luna son vulnerables a la contaminación marina, ya que ingieren plásticos que confunden con presas.
En Portugal se encontró uno de los mayores ejemplares registrados hasta la fecha, de 3,25 metros de longitud y 2,8 toneladas de peso.