Suprimir el azúcar en los 1.000 días que transcurren entre la concepción y el segundo cumpleaños del niño parece reducir el riesgo de desarrollar problemas de salud importantes en la edad adulta, según una nueva investigación.

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El equipo de científicos analizó el impacto del fin del racionamiento del azúcar el siglo pasado en el Reino Unido. El fin de esta política provocó que el consumo de azúcar se duplicara entre la población.

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Como resultado, el estudio reveló que limitar la ingesta de azúcar a edades tempranas reduce el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 en un 35%, obesidad en un 30% e hipertensión en un 20%.

Los expertos creen que estos mil días son un periodo crucial para forjar la salud futura de una persona, así como para establecer un patrón de consumo de azúcar demasiado bajo o demasiado alto para toda la vida.

De este modo, los investigadores aprovecharon un experimento natural que tuvo lugar cuando el Reino Unido se recuperó de la Segunda Guerra Mundial y finalizó el racionamiento de alimentos.

Cuando el racionamiento de azúcar y dulces llegó a su fin en septiembre de 1953, el consumo medio de azúcar de la población británica pasó de unos 41 g al día (10 terrones de azúcar) a 80 g (20 terrones de azúcar) casi de inmediato.

Los científicos analizaron la base de datos BioBank del Reino Unido y encontraron a 60.000 personas que habían nacido entre 1951 y 1956 y tenían su salud controlada con frecuencia.
Esto les permitió hacerse una idea de la salud de los nacidos durante el racionamiento y los nacidos poco después.

Ambos grupos experimentaron los mismos cambios sociales durante los 70 años siguientes, pero una diferencia clave fue su exposición al azúcar en los primeros mil días.

El equipo descubrió, como era de esperar, que el riesgo de diabetes tipo 2 e hipertensión arterial aumentaba con la edad, pero crecía más rápido en los concebidos tras el fin del racionamiento de azúcar.

Los que pasaron por el racionamiento de azúcar vieron cómo la diabetes tipo 2 empezaba de media cuatro años más tarde en la edad adulta, y la hipertensión dos años más tarde.
Además, entre este grupo, la incidencia de diabetes tipo 2 fue un 35% menor, y la de hipertensión, un 20% menor.