El italiano Luciano d’Adamo vive una historia digna de película. En 2019, tras ser atropellado por un coche, cayó en coma y se le ‘borraron’ casi 40 años de su vida. Cuando despertó, pensó que seguía en 1980. Para él, tenía 24 años y estaba prometido con una chica de 19. Pero cuando abrió los ojos, se encontró con una realidad completamente distinta.

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La mujer que decía ser su esposa tenía 58 años. El hombre que le llamaba ‘papá’ era un adulto de 35 años. ¿Y el reflejo en el espejo? Un hombre canoso con una cara que Luciano no reconocía. “Ella me llamaba “Luciano” y yo me preguntaba cómo sabía mi nombre”, dijo. Nada tenía sentido: ¿dónde estaban sus años? ¿Qué había sido de sus recuerdos?

Una nueva vida

Adaptarse, sin embargo, no ha sido fácil. Luciano tuvo que redescubrir el mundo moderno, ahora lleno de elementos que parecen de ciencia ficción: smartphones, internet, redes sociales, inteligencia artificial. Nada de esto existía para él. Para Luciano, pues, lo que se suponía que era su realidad se convirtió en un mundo completamente nuevo y aterrador. También tuvo que aprender a amar de nuevo a su mujer y a conocer a su propio hijo, que ya había crecido y vivido toda una vida sin el padre que ahora intenta comprender.

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Hoy, a los 68 años, Luciano trabaja como conserje en una escuela. Entre los niños encuentra un poco de alegría y normalidad. Las conversaciones con ellos y con sus padres le proporcionan cierto alivio. En otras palabras, una oportunidad de conectar con el presente sin tanto dolor.

Con apoyo psicológico, Luciano intenta reconstruir su propia historia y aceptar que los recuerdos de las últimas cuatro décadas quizá nunca vuelvan. Al final, intenta dar un nuevo sentido al tiempo perdido y abrazar la vida que le queda, aunque sea en un mundo tan extraño.