A mucha gente no le atrae la idea de ser alcanzado por un rayo, pero por desgracia a Roy C. Sullivan (EE.UU.) tuvo la mala suerte de que le ocurrió siete veces.
++ El intrigante caso del niño que nació con dos cabezas
Y, por increíble que parezca, sobrevivió a cada una de las descargas, cada una de las cuales contenía varios millones de voltios de electricidad.
Roy, un ex guardabosques de Virginia, batió el récord de supervivencia a un rayo, y probablemente nadie tenga prisa por superarlo.
Su primer encuentro desafortunado con una descarga electrostática tuvo lugar en abril de 1942.
Trabajaba como guarda forestal en el Parque Nacional de Shenandoah, en las montañas Blue Ridge, y fue alcanzado en la pierna derecha por un rayo directo cuando huía de una torre de vigilancia que había ardido -lo has adivinado- tras ser alcanzada por un rayo.
Roy sufrió quemaduras en la pierna y perdió la uña del dedo gordo del pie.
El aterrador encuentro bastaría para mantener a algunas personas encerradas en casa durante el resto de sus vidas, pero por desgracia para Roy, fue la primera de muchas veces que se encontraría en semejante aprieto.
Roy fue alcanzado por un rayo tantas veces que acabó ganándose el apodo de ‘Spark Ranger’.
El siguiente incidente ocurrió en julio de 1969, cuando Roy quedó inconsciente y con las cejas quemadas y el reloj de pulsera destrozado tras ser alcanzado mientras conducía su camión.
En julio de 1970, fue golpeado mientras estaba en su jardín y su hombro izquierdo quedó chamuscado, y en abril de 1972, un rayo le prendió fuego al pelo mientras estaba en una caseta de vigilancia en el trabajo.
Lo creas o no, su pelo volvió a arder cuando le cayó un rayo en agosto de 1973 mientras estaba en su vehículo. También le abrasaron las piernas.
Por si fuera poco, el pobre Roy se lesionó el tobillo y volvió a quemarse el pelo cuando un rayo le alcanzó en otra ocasión durante un paseo en junio de 1976.
Y por último, Roy sufrió quemaduras en el pecho y el estómago cuando le alcanzó durante una excursión de pesca en barco en junio de 1977.
Afortunadamente, la relación de Roy con los rayos pareció terminar entonces.
No volvió a ser alcanzado antes de morir en 1983 a los 71 años.
Curiosamente, la mujer de Roy también fue alcanzada por un rayo una vez mientras tendía la colada en su patio trasero. Y aunque él estaba allí ayudándola, consiguió escapar aquella vez.
La probabilidad de que te caiga un rayo una sola vez en 80 años es de 1 entre 10.000, y la de que te caiga varias veces es aún menor.
Y resulta que los hombres tienen cuatro veces más probabilidades que las mujeres de ser alcanzados por un rayo, pero eso no hace que lo que le ocurrió a Roy sea menos sorprendente.
Cómo evitar ser alcanzado por un rayo
Por supuesto, la forma más fácil de evitar que te caiga un rayo es quedarte en casa. Pero dado que aproximadamente un tercio de las lesiones por rayos se producen en interiores, parece que no es un plan infalible.
Que se te pongan los pelos de punta suele ser señal de que está a punto de caer un rayo. Si eso te ocurre, lo primero que debes hacer es alejarte todo lo que puedas de los árboles cercanos.
Aunque el rayo caiga en el árbol en vez de en ti, la carga saldrá disparada por tus pies al disiparse en el suelo.
Lo siguiente que debes hacer es hacerte lo más pequeño posible. Si puedes, agáchate con las puntas de los pies en el suelo y los talones juntos.
Tumbarse es una mala idea, porque eso te da una mayor superficie en contacto con el suelo, mientras que agacharte así minimizará la cantidad.
También puede ser buena idea taparse los oídos con las manos, porque los rayos son muy ruidosos.