El biohacker Bryan Johnson, de 47 años, es conocido por invertir 2 millones de dólares al año en su misión de revertir el envejecimiento y mantenerse joven.
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Tras vender su empresa Braintree a PayPal por 800 millones de dólares, se dedicó al ‘Proyecto Blueprint’, un estricto régimen que controla 70 órganos del cuerpo para ralentizar el envejecimiento biológico.
Su rutina incluye una dieta extremadamente controlada, decenas de suplementos diarios y un seguimiento constante por parte de médicos. Bryan afirma haber reducido la velocidad de su envejecimiento hasta el punto de ‘celebrar un cumpleaños cada 19 meses’.
Entre los experimentos del proyecto, Bryan puso en marcha el ‘Proyecto Cara de Bebé’, con el que pretendía recuperar la grasa facial para conservar un aspecto juvenil, ya que había perdido mucho peso. Sin suficiente grasa de su propio cuerpo, recurrió a un donante y se inyectó una matriz extracelular derivada de la grasa. Sin embargo, el experimento le provocó una grave reacción alérgica, con la cara hinchada hasta el punto de comprometer su visión, situación que duró una semana antes de normalizarse.
A pesar del contratiempo, Bryan se mantuvo firme en su búsqueda de la juventud, reformulando su tratamiento posteriormente. Reflexiona sobre los retos únicos que supone ser el propio producto en su periplo científico, subrayando que los experimentos no siempre salen como se espera, pero él sigue adelante en busca de resultados innovadores.