En una polémica declaración, Donald Trump escribió: “Misteriosos avistamientos de ovnis por todo el país. ¿Puede esto realmente estar ocurriendo sin el conocimiento de nuestro gobierno? Yo creo que no. Que lo sepa el público, y ahora. Si no, dispárenles”.

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La declaración arroja luz sobre las especulaciones en torno al origen de los objetos voladores no identificados (ovnis) y sugiere que Trump cree que estos sucesos están vinculados al propio Gobierno o a fuerzas ocultas en su seno, conocidas como el «Estado profundo».

Trump habría sido informado durante su presidencia sobre la posible existencia de visitantes extraterrestres. En 2020, el profesor Haim Eshed, ex jefe del programa espacial israelí, reveló que Trump sabía de la presencia de una supuesta «Federación Galáctica» y que habría considerado revelar el hecho al público, pero que se le desaconsejó debido a la falta de preparación de la humanidad.

Sin embargo, el hecho de que Trump sugiera que los ovnis sean derribados indica que no cree que sean de origen extraterrestre ni que estén vinculados a la Federación Galáctica, con la que estaría interesado en establecer relaciones pacíficas.

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Para los analistas, es poco probable que los misteriosos objetos procedan de potencias extranjeras como Rusia o China, dada la tecnología implicada, que incluye operaciones en múltiples entornos (aéreo, espacial y submarino). La hipótesis más probable, según Trump y sus partidarios, es que estas naves sean el resultado de programas secretos llevados a cabo por el propio Gobierno estadounidense o contratistas vinculados a empresas aeroespaciales como Lockheed Martin y General Dynamics.

Trump acusa al «Estado profundo» de utilizar estos drones y tecnologías para confundir y generar miedo sobre el fenómeno ovni, lo que reforzaría las narrativas conspiranoicas y aumentaría el control sobre el tema. Por eso aboga por la transparencia y por acciones concretas contra los responsables, sean terrestres o no.

La declaración reaviva el debate sobre los ovnis y la transparencia gubernamental, poniendo de relieve la complejidad de las cuestiones relacionadas con la seguridad nacional, los avances tecnológicos y el posible contacto con otras formas de vida inteligente. Sea cual sea el origen de estos objetos, la exigencia de Trump de respuestas públicas pone de manifiesto la curiosidad y preocupación mundiales por el fenómeno.