Una mujer francesa, identificada únicamente como Anne, fue víctima de una sofisticada estafa que le costó 830.000 euros. Los estafadores se hicieron pasar por el actor estadounidense Brad Pitt, utilizando imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) para crear la ilusión de que se comunicaban con la estrella de Hollywood.
La víctima, una diseñadora de interiores de unos 50 años con problemas de salud mental, fue abordada en Instagram en febrero de 2023 tras publicar fotos de sus vacaciones en una estación de esquí de los Alpes. Una cuenta falsa que se hacía pasar por la madre de Brad Pitt se puso en contacto con ella y, tras convencerla de que le contara a su supuesto hijo la conversación que habían mantenido, otra cuenta que decía ser del actor estadounidense empezó a enviarle mensajes a Anne.
Los estafadores utilizaron tecnología de creación de imágenes mediante IA para enviar a Anne selfies y otros mensajes, haciéndole creer que mantenía una relación estable con Brad Pitt. Para obtener la suma de 830.000 euros, fingieron que el actor, de 61 años, necesitaba dinero para pagar un tratamiento renal, ya que sus cuentas bancarias habían sido congeladas debido a su divorcio de Angelina Jolie.
Anne pasó un año y medio creyendo que se comunicaba con Pitt y sólo se dio cuenta de que la habían engañado cuando saltó la noticia de la verdadera relación de Pitt con su novia Inés de Ramón.
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Tras ser entrevistada por la cadena francesa TF1, Anne se enfrentó a una oleada de acoso y burlas en Internet, hasta el punto de que la cadena retiró la entrevista de sus canales de distribución. La víctima había confiado que había estado casada con un rico hombre de negocios y que el acuerdo de divorcio le había reportado una gran suma de dinero, lo que pudo atraer la atención de los estafadores.
El caso de Anne es un ejemplo de cómo la tecnología de inteligencia artificial puede utilizarse para cometer estafas sofisticadas. Es importante que las personas sean precavidas cuando se comunican con desconocidos en línea y no faciliten información personal o financiera sin verificar la identidad de la persona con la que se comunican. Además, es fundamental mostrarse escéptico ante historias inverosímiles o peticiones de dinero, aunque parezcan proceder de personas famosas o dignas de confianza.
