Durante toda su infancia, Megan Phillips, que ahora tiene 31 años, vivió creyendo que sus abuelos eran sus padres biológicos. Criada por ellos en Gales, nunca sospechó la verdad, hasta que en su adolescencia se vio sorprendida por una impactante revelación: su «hermana» era en realidad su madre biológica.
Según el tabloide británico Mirror, la madre de Megan se quedó embarazada cuando ella tenía 14 años y, para evitar el escándalo y asegurarse de que el bebé se criara en un entorno considerado más estable, sus abuelos decidieron asumir la custodia del niño como padres. “Mi madre biológica y yo estamos muy unidas ahora”, dice Megan. “Pero durante la mayor parte de mi vida, no tenía ni idea de la verdad”.
El descubrimiento comenzó con un comentario hecho por alguien en la escuela. La persona dijo que la «hermana» de Megan era en realidad su madre. Intrigada, empezó a observar detalles a su alrededor, hasta que un día encontró una foto escondida en un cajón de la casa. La foto mostraba a su «hermana» sosteniendo a un bebé recién nacido, y en el reverso estaban escritos los nombres de ambas.
A partir de ahí, Megan decidió enfrentarse a su hermana: «Le pregunté si era mi verdadera madre. Antes de que pudiera responder, se echó a llorar y dijo que sí», recuerda.
A pesar del shock inicial, Megan dice que no se arrepiente de nada. «Tuve una infancia feliz. Quiero a mis abuelos como si fueran mis padres. Hicieron lo que creían que era mejor para mí».
Hoy, aunque reconoce que aún persisten algunas dudas sobre su historia, Megan valora los lazos que ha creado con su madre biológica y con toda la familia. «Lo más importante es que estamos juntos. La verdad no ha hecho más que reforzar esa conexión».