Ian Potter vivía cuatro pisos por debajo de la autora y siempre le estaba gastando bromas. J.K. Rowling llegó a contar en una entrevista a The Guardian que estas bromas solían incluir babosas, ya que era muy travieso. “Es la forma en que las babosas dejan un rastro viscoso y brillante por todas partes. Pongas donde pongas la babosa, deja su huella”. Hoy, Potter trabaja como técnico de impermeabilización en Bristol. (Foto: Divulgación)