Shaye Scott nació en Utah, Estados Unidos, y desde muy pequeña sintió que su identidad de género no encajaba con los estándares tradicionales. Criada en una familia mormona, dice que empezó a tener dudas sobre su identidad a los tres años, pero decidió no hablar de ello con nadie.
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En 2019, durante unas vacaciones familiares en California, Shaye tomó la decisión de sincerarse con su mujer, Amanda Scott, con la que llevaba casada 13 años y tenía tres hijos: Emmeline, de 11 años, Hudson, de nueve, y Desmond, de seis. En una entrevista con la revista People, compartió el apoyo fundamental de su pareja en su camino de aceptación.
«Fue Amanda quien me ayudó a aceptar mi identidad transgénero y a abrazar esa parte de mí misma», reveló Shaye. Juntos abandonaron la Iglesia mormona y comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas, afrontando retos y construyendo una base de amor y aceptación familiar.
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El proceso de transición de Shaye incluyó terapia hormonal y una conversación con su familia sobre su identidad. Sorprendentemente, sus hijos no tardaron en mostrarle amor y comprensión.
«Tenía más problemas conmigo misma que mis hijos conmigo, y eso me impactó de inmediato. Es como si yo viviera mis miedos y proyectara que ellos sentirían lo mismo, pero ellos se mostraron inmediatamente cariñosos y receptivos», explica.
Con el tiempo, Shay y Amanda planean renovar sus votos. «Mucha gente dirá: ‘Espera unos años, este matrimonio se va a acabar’. Pero Amanda es mi alma gemela y nos amamos», declaró.