El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico que puede imponer a una persona una serie de retos y dificultades. Afecta a la capacidad de prestar atención, controlar los impulsos y regular el comportamiento.
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El impacto puede ser significativo en la vida diaria de una persona, incluyendo retos en la escuela o el trabajo, dificultades en las relaciones interpersonales y problemas de autoestima.
Sin embargo, con un diagnóstico precoz, un tratamiento adecuado y apoyo, las personas con TDAH pueden aprender a controlar sus síntomas y alcanzar todo su potencial. El tratamiento suele consistir en una combinación de medicación, terapia conductual y apoyo educativo.
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Dificultades con el TDAH
Leer un libro hasta el final
Para las personas con TDAH, completar tareas o mantenerse concentradas en una actividad durante largos periodos de tiempo es un verdadero reto. Esto ocurre por diferentes motivos.
La falta de atención es uno de los principales síntomas del TDAH y puede dificultar mantenerse concentrado en la lectura durante largos periodos de tiempo. Además, las personas con TDAH pueden distraerse fácilmente con estímulos externos o pensamientos internos, lo que puede interferir con la concentración en la lectura.
No procrastinar
Las personas con TDAH suelen tener dificultades para calcular correctamente el tiempo que tardarán en completar una tarea o en acudir a una cita. Esto puede llevar a subestimar el tiempo necesario para completar una tarea y, en consecuencia, a retrasarse.
Además, los problemas de organización son frecuentes en las personas con TDAH, lo que puede dar lugar a tareas desorganizadas y a la falta de un sistema eficaz para controlar los plazos y las citas. La falta de un sistema organizativo sólido puede contribuir a que se produzcan retrasos frecuentes.
Planificar el futuro
Las personas con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse en los detalles necesarios para hacer planes exhaustivos a largo plazo. También pueden ser más propensas a actuar impulsivamente sin considerar plenamente las consecuencias a largo plazo de sus acciones, lo que puede dificultar el desarrollo y la puesta en práctica de planes de vida sostenibles.
Escuchar sin interrumpir
La impulsividad es una característica central del TDAH, lo que significa que la persona puede tener dificultades para controlar el impulso de hablar o interrumpir mientras otra persona está hablando. Esta impulsividad puede dar lugar a frecuentes interrupciones durante las conversaciones.
La hiperactividad también puede provocar inquietud física y mental, lo que hace que a las personas con TDAH les resulte difícil esperar su turno para hablar. Pueden sentir la urgencia de expresar sus pensamientos o responder a una pregunta inmediatamente, sin esperar a que la otra persona termine de hablar.
Hacer las cosas con antelación
Las personas con TDAH pueden distraerse fácilmente con otros estímulos o pensamientos, lo que puede dar lugar a la procrastinación y, en consecuencia, a retrasos.
No perder objetos
La falta de atención es uno de los principales síntomas del TDAH y puede dar lugar a dificultades para prestar atención a los detalles, incluida la ubicación de los objetos. Las personas con TDAH pueden distraerse fácilmente y perder objetos porque no son plenamente conscientes de dónde los han colocado.
Mantener las cosas organizadas
La falta de atención dificulta que una persona preste atención a los detalles y mantenga la concentración en tareas que requieren organización. Esto puede dar lugar a una falta de atención a los objetos que le rodean y al orden en que se guardan.
Además, es posible que las personas con TDAH no hayan aprendido estrategias organizativas eficaces o no hayan desarrollado habilidades organizativas con el tiempo debido a las dificultades asociadas al trastorno.
Dormir con facilidad
Las personas con TDAH pueden tener dificultades para controlar sus impulsos, lo que puede dar lugar a comportamientos impulsivos antes de acostarse, como quedarse despierto hasta tarde o realizar actividades estimulantes que dificultan el sueño, como el uso de aparatos electrónicos.
Relajarse
La hiperactividad, caracterizada por la inquietud física y mental, puede dificultar la relajación y la calma. Además, las personas con TDAH pueden tener tendencia a experimentar mayores niveles de ansiedad y preocupación, lo que puede dificultar la relajación y la desconexión.
Priorizar tareas
Los problemas de organización son frecuentes en las personas con TDAH, lo que puede dificultar la creación de listas de tareas prioritarias o el mantenimiento de un sistema eficaz de seguimiento de las responsabilidades. Esto puede llevar a una falta de claridad sobre qué tareas son más importantes y urgentes.
Control del gasto
La impulsividad es una característica clave del TDAH. Esto puede llevar a tomar decisiones financieras precipitadas y a gastar de forma impulsiva sin tener plenamente en cuenta las consecuencias a largo plazo.
Seguir una rutina
Las personas con TDAH pueden actuar impulsivamente y tener dificultades para seguir una rutina establecida, especialmente si surge una oportunidad o un estímulo que parece más interesante en ese momento. Esto puede llevar a cambios repentinos en la rutina o a ignorar planes anteriores.