Sandra Hemme, encarcelada injustamente durante 43 años, fue puesta en libertad el viernes 19 de julio en el estado de Misuri, en Estados Unidos. Su condena por asesinato fue anulada.
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Hemme, de 64 años, cumplía cadena perpetua por la muerte de Patricia Jeschke, empleada de una biblioteca, en 1980.
El 14 de junio de este año, un juez dictaminó que los abogados habían presentado pruebas claras y convincentes de la inocencia de Hemme.
Según una declaración de los representantes de Hemme publicada en el sitio web de Innocence Project, «ni un solo testigo relacionó a la Sra. Hemme con el asesinato, la víctima o la escena del crimen. No tenía ningún motivo para hacer daño a la señora Jeschke, ni había ninguna prueba de que ambas se hubieran conocido».
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Los abogados subrayaron que la «única prueba» contra Hemme eran «sus propias confesiones falsas y poco fiables», realizadas mientras estaba siendo tratada en un hospital psiquiátrico estatal y recibiendo medicación «a la fuerza».
También según la nota, el Departamento de Policía de St Joseph, ciudad donde tuvo lugar el crimen, ocultó supuestamente pruebas que incriminaban a uno de sus agentes.
En la sentencia, recogida en la página web de Innocence Project, el juez Ryan Hosman señaló que «el abogado del juicio actuó de forma deficiente al no presentar las pruebas fácilmente disponibles que demostraban el deteriorado estado psiquiátrico de la Sra. Hemme, su fuerte medicación y los efectos secundarios físicos y mentales que sufrió durante los interrogatorios. La Sra. Hemme se vio perjudicada por la inacción del abogado del juicio».
«Dado que sus declaraciones eran la única prueba que la vinculaba a este delito, el hecho de que el abogado no presentara pruebas que hubieran permitido al jurado concluir que era incapaz de comprender o informar de forma fiable sobre la comunicación con sus interrogadores la privó de un pilar central de su defensa», subrayó Hosman.
Aún así, Hemme tendrá que seguir unas condiciones especiales tras su puesta en libertad.
