Cuando Doris Stauffer murió a los 74 años, su hijo Jim Stauffer decidió donar su cuerpo al Centro de Recursos Biológicos (BRC) de Arizona (Estados Unidos) con la esperanza de contribuir a la investigación de enfermedades cerebrales como el Alzheimer, que aquejaba a su madre. Sin embargo, años después, el hombre descubrió a través de una investigación de Reuters que el cuerpo de Doris nunca se utilizó para estos fines. En su lugar, fue vendido al Ejército estadounidense para realizar pruebas de explosión.

++Madre se reencuentra con su hija 17 años después de ser obligada a darla en adopción

Según Stauffer, la sugerencia de donar el cuerpo vino de parte de una enfermera. Diez días después de la decisión, recibió los restos incinerados de su madre. Sin embargo, años después, un periodista de Reuters descubrió que el cuerpo de Doris nunca se utilizó para la investigación cerebral. En su lugar, fue vendido al ejército estadounidense para realizar pruebas de explosivos, a pesar de que Stauffer había prohibido explícitamente este tipo de análisis en el formulario de consentimiento que firmó.

«En la documentación se mencionaba la realización de estos experimentos. Pero para llevar a cabo pruebas médicas que pudieran implicar explosiones, dijimos que no. Marcamos ‘no’ en todo eso», declaró Stauffer a la cadena ABC 15 de Arizona.

++ Un estado de EE.UU. aprueba la pena de muerte por abuso infantil

Mientras que las universidades públicas pueden utilizar los cuerpos donados para investigación o clases de medicina, investigaciones recientes han revelado que, en el sector privado, existen riesgos de que los cadáveres tengan destinos diferentes a los previstos. En 2016, una investigación de Reuters destapó el comercio de órganos en Estados Unidos. «Estas empresas, que se autodenominan bancos de tejidos sin trasplante, también se conocen como corredores de cuerpos. Las operaciones pueden parecerse a plantas de envasado de carne», señala el informe.

Aunque la venta de órganos para trasplantes está prohibida en Estados Unidos, no existe ninguna ley federal que regule la venta de cadáveres o partes del cuerpo donadas para la ciencia. Actualmente es legal en la mayoría de los estados de EE.UU vender cuerpos donados debido a la falta de supervisión y regulación.

Según el Arizona Republic, unas 33 personas, entre ellas Stauffer, han demandado al Biological Resources Centre (BRC) por utilizar los restos de sus seres queridos sin dignidad ni respeto.