Adrieli Patricia Garcia Barbosa, profesora de matemáticas de 30 años de Vera Cruz, en el interior de São Paulo (Brasil), se convirtió en madre de una forma poco habitual. Adoptó a su hijastro de 5 años, Vinicius, que ahora lleva su apellido y es su mayor orgullo.}
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Adrieli conoció a su marido, Diogo Mascaro Barbosa, de 25 años, en 2016. Por aquel entonces, ella hacía prácticas en una guardería donde estaba su hijo. Vinicius tenía poco más de cinco meses y su madre había desaparecido, dejando a Diogo y a su suegra al cuidado de él.
Desde el principio de su relación, Vinicius formó parte de la vida de Adrieli. Veían películas infantiles, paseaban juntos y, cuando compraron una casa, construyeron una habitación para él. Adrieli asumió la crianza de Vinicius durante las vacaciones escolares, convirtiéndose en su madre en todos los sentidos.
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En noviembre de 2017 se casaron y decidieron regularizar la situación de Vinicius mediante adopción unilateral. Adrieli pasó por todos los procesos necesarios, incluyendo entrevistas con psicólogos, trabajadores sociales, visitas domiciliarias e informes. Fue calificada y obtuvo la aprobación judicial para adoptar a Vinicius, que ahora lleva su apellido.
A Vinicius le diagnosticaron autismo a los 4 años y, por eso, Adrieli y Diogo aún no han tenido más hijos. Están centrados en las terapias y los cuidados necesarios para Vinicius, que va a terapia cuatro veces por semana y requiere atención y afecto constantes.
Adrieli subraya la importancia de abordar el hecho de ser madrastra con el corazón y con la mente abierta. Subraya que ningún niño es responsable de los errores de los adultos y que, cuando conoció a Diogo, era consciente de que formaría parte de la vida de ese niño. Asumió la responsabilidad y el afecto de una madre, y Vinicius fue aceptado no sólo por ella, sino por toda su familia y su círculo social.
Adrieli concluye que el instinto maternal es impresionante y que Vinicius es amado incondicionalmente por toda su familia, que lo acoge y lo hace sentir querido y seguro.