En 2009, Brenda Rivera envió un mensaje de texto con un versículo de la Biblia a un número equivocado, sin imaginar que ese pequeño error cambiaría su vida para siempre. El inesperado destinatario, Isiah Stearns, no sólo respondió al mensaje, sino que inició un intercambio de palabras que, 15 años después, dio lugar a un romance y seis hijos.

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Todo empezó cuando Brenda intentó animar a una amiga con un versículo del libro de Filipenses: “Nada hagas por ambición egoísta o vanagloria”. Pero el mensaje acabó por error en el móvil de Isiah, un completo desconocido. Al recibir el mensaje, el hombre respondió con un “Amén a eso, ¿quién eres?”, y a partir de entonces, sus vidas dieron un giro inesperado.

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Brenda, al darse cuenta de su error, se disculpó, pero Isiah vio algo especial en el mensaje, como si alguien intentara ayudarle en su camino con Dios. Decidido a no dejar pasar la oportunidad, llamó a la mujer al día siguiente, y lo que podría haber sido un breve encuentro se convirtió en una auténtica conexión.

Aunque vivían en ciudades diferentes, la conexión entre ambos fue inmediata. Lo que empezó como un simple intercambio de mensajes se convirtió en una historia de amor única, que desembocó en matrimonio y una familia numerosa con seis hijos. Hoy, Brenda e Isiah miran atrás y ven cómo un simple error tipográfico fue en realidad un golpe del destino, demostrando que el amor puede surgir de las formas más inesperadas.