Investigadores de la Universidad de Texas (UT), en Estados Unidos, han descubierto un prometedor anticuerpo, el SC27, que podría ser la clave para desarrollar vacunas capaces de proteger contra todas las variantes del SARS-CoV-2, el virus responsable del Covid-19. El anticuerpo se aisló de un solo paciente y, tras años de estudio, el equipo logró descifrar su secuencia molecular exacta.
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El SC27 destaca por su capacidad para unirse a la proteína espiga, una estructura esencial para que el virus se adhiera a las células del organismo y las infecte. Al bloquear esta proteína, el anticuerpo impide que el virus complete su ciclo de infección, lo que allana el camino para tratamientos más eficaces y completos. Según el profesor adjunto Jason Lavinder, del Departamento McKetta de Ingeniería Química de la UT, este descubrimiento ofrece nuevas perspectivas en la lucha contra las variantes del virus.
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“El descubrimiento de SC27 y de otros anticuerpos similares en el futuro nos ayudará a proteger mejor a la población contra las variantes actuales y futuras del COVID”, afirmó Lavinder.
La tecnología utilizada para aislar SC27, denominada Ig-Seq, permitió a los científicos observar con precisión la respuesta del cuerpo humano a la infección y la vacunación. Con ello, el equipo no sólo aisló el anticuerpo, sino que avanzó en los estudios sobre la llamada inmunidad híbrida, una combinación de infección natural y vacunación que, según los investigadores, ofrece una protección más sólida que las dos formas por separado.
Según Will Voss, investigador que dirigió el estudio, el objetivo es desarrollar una vacuna universal que ofrezca una amplia protección contra el virus, que sigue mutando. “Uno de los objetivos de esta investigación, y de la vacunología en general, es trabajar para conseguir una vacuna universal que pueda generar anticuerpos y crear una respuesta inmunitaria con amplia protección contra un virus que muta rápidamente”, explicó Voss.
Los resultados de la investigación se publicaron en la revista Cell Reports Medicine, y la universidad ya ha presentado una solicitud de patente para el SC27. El siguiente paso es fabricar este anticuerpo a escala, con el objetivo de mejorar futuros tratamientos y vacunas, reforzando la inmunidad contra el SRAS-CoV-2 a nivel mundial.