Buceadores especializados de la Marina italiana hicieron un descubrimiento crucial al recuperar las cámaras de seguridad de los restos del superyate de lujo Bayesian, propiedad del multimillonario británico Mike Lynch. El incidente, que ha dejado perplejos a muchos, tuvo lugar el 19 de agosto cuando la embarcación, anclada cerca del puerto de Porticello, se hundió inesperadamente.
Los intrépidos buceadores están inmersos en aguas profundas, explorando meticulosamente cada parte del pecio en un intento de desentrañar qué llevó al magnífico yate al fondo del mar. El pasado jueves recuperaron importantes piezas del rompecabezas: partes de la cubierta, ordenadores, sofisticados sistemas de vigilancia, discos duros y otros equipos electrónicos.
Estos dispositivos serán analizados en laboratorios especializados fuera de Sicilia, con el fin de restaurar los datos y revelar quizá detalles cruciales sobre el momento de la tragedia. Según Daniele Governale, oficial de guardacostas en Palermo, los buzos están utilizando una cámara hiperbárica para realizar inmersiones repetidas de hasta 40 minutos, lo que aumenta la eficacia de la operación.
Los guardacostas también han utilizado un vehículo submarino teledirigido para captar imágenes precisas de los restos del naufragio, que serán esenciales para planificar el rescate del yate.
El yate de lujo había zarpado de Rotterdam, atravesando el Mediterráneo tras cruzar el estrecho de Gibraltar. La embarcación fondeó en el golfo de Palermo tras un día de navegación en las cristalinas aguas de Cefalú, pero lo que iba a ser un viaje inolvidable a las impresionantes islas Eolias se vio interrumpido por una violenta tormenta.
Según los supervivientes, la travesía fue organizada por el propio Lynch, que invitó a colegas y colaboradores de su empresa en Londres para este lujoso y, trágicamente, fatídico viaje por Sicilia.