Lindsay Slater, abogada de 31 años de Nottingham (Inglaterra), estaba a punto de casarse cuando descubrió una traición devastadora. Días antes de la ceremonia, se enteró de que su prometido, con el que llevaba 12 años, se había acostado con otra persona. Cuando se enfrentó a él, admitió su infidelidad, dejándola desolada.
Aun así, decidió convertir el dolor en algo positivo. Con todo pagado, incluida una fiesta de 46.000 dólares, Lindsay decidió no cancelar el evento. En su lugar, rebautizó la fecha como su celebración de la libertad.
Lindsay informó a sus invitados a través de Facebook, explicando la situación y confirmando que la fiesta seguiría adelante. El 17 de agosto, 60 personas asistieron a la recepción, que contó con un DJ y bongoceros. Tres días después, Lindsay se marchó de luna de miel, acompañada de su amiga Melissa, que la apoyó en todo momento.
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La relación de Lindsay y su ex prometido comenzó en 2012 y ambos estaban comprometidos desde el año 2020. La traición, descubierta días antes de la boda, supuso un shock para la abogada. “No sabía cómo iba a sobrevivir. Estaba angustiada. Se había gastado todo ese dinero”, declaró al NY Post.
Tras una noche de lágrimas y conversaciones con amigos, Lindsay decidió replantearse el momento. Con la ayuda de su hermana Beth, de 28 años, convirtió el día de su boda en una celebración de su nueva etapa vital. “Había una gran parte de mí que pensaba ‘soy libre’, es el comienzo de una era mejor. Me alegro de haberlo hecho; disfruté mucho el día”, afirmó.
El apoyo de amigos y familiares fue crucial para superar el momento. “Me sorprendió mucho el apoyo de todo el mundo. Estaba rodeada de tanto amor, y realmente me recordó que no lo necesitaba. Me sentí un poco mejor”, concluyó.