El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha difundido imágenes de 49 ciudadanos ucranianos que han regresado a casa tras ser rescatados de dos años de cautiverio en Rusia. Entre ellos se encuentra Yuri Gulchuk, un soldado ucraniano de 22 años que ahora se enfrenta a profundas secuelas psicológicas.
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Gulchuk, que fue detenido durante los combates en Azovstal, Mariupol, ya no puede hablar ni reconocer a su madre. Fue liberado en un intercambio de prisioneros entre rusos y ucranianos el pasado sábado 14 de septiembre.
Antes de ser capturado en abril de 2022, Gulchuk sirvió como marinero en la 36ª Brigada de Marines. Estudiante de filología china antes de la guerra, pasó un tiempo en varios campos de detención y colonias rusas, donde sufrió constantes abusos.
Según su madre, Milan Kompaniets, Gulchuk y sus compañeros de prisión pasaban mucha hambre y sólo recibían tres cucharadas de gachas de avena, media taza de té y dos rebanadas finas de pan al día. Además, era torturado con frecuencia con una pistola eléctrica por un guardia del campo de detención conocido por el apodo de “Doctor Maldad”.
La trágica situación de Yuri Gulchuk es un ejemplo de las profundas cicatrices que el conflicto de Ucrania ha dejado en sus ciudadanos, incluso después de finalizar su cautiverio.