En 2019, a la escritora y conferenciante Janaína Almeida, que entonces tenía 35 años, le diagnosticaron cáncer de mama triple negativo, una forma agresiva de la enfermedad. Poco después, su marido puso fin a la relación, dejando a Janaína, que ya era mamá de Lucas, que ahora tiene 10 años, sola frente al tratamiento.
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“Mi caso fue el primero en mi familia, y los médicos no creían que pudiera ser cáncer”, contó Janaína, que no tenía factores de riesgo asociados a la enfermedad. El resultado de la biopsia, sin embargo, confirmó el cáncer y una mutación genética llamada BRCA 1, que aumenta la predisposición a tumores en mamas y ovarios. El descubrimiento vino acompañado de la separación, después de que la familia de su ex marido expresara su preocupación por el coste del tratamiento. “Volvió a Londrina y desde entonces no me habla”, recordó. Cuenta que su ex pareja canceló sus tarjetas y ya había solicitado el divorcio.
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A pesar de las dificultades emocionales y económicas, Janaína respondió bien al tratamiento. En septiembre de 2019, seis meses después de su diagnóstico, se sometió a una doble mastectomía. Tras 16 sesiones de quimioterapia, las pruebas indicaron que ya no quedaban células cancerosas en su cuerpo.
Durante su tratamiento, se reencontró con Eduardo, un antiguo novio. “Fui muy transparente con él, le dije que aún estaba lidiando con las consecuencias del tratamiento, pero él me dijo que yo era la mujer de su vida y que lo afrontaríamos juntos”, contó Janaína.
Ante la buena respuesta al tratamiento, los médicos suspendieron las sesiones de radioterapia programadas, manteniendo únicamente los seguimientos periódicos. Janaína, que sufría una menopausia química, ya no menstruaba y los médicos creían que ya no tendría óvulos disponibles. Sin embargo, en una cita rutinaria, descubrió que estaba embarazada. “El radiólogo me pidió que saliera de la habitación a toda prisa. Le pregunté si había vuelto el cáncer y me dijo: ‘No, está usted embarazada’”. Tras la noticia, su oncólogo le aconsejó que aprovechara el ‘milagro’ y esperara los próximos meses para hacerse nuevas pruebas.
Con la mastectomía total, Janaína no pudo amamantar a su hijo, Benício, que ahora tiene tres años. Cuando salió de la sala de partos, recibió a su recién nacido en brazos. “Meses después del peor momento de mi vida, todo era sorprendentemente diferente. Tenía una nueva familia, que era un regalo para mí. A pesar del dolor, me siento agradecida por todo este viaje”.
En 2024, las pruebas de seguimiento detectaron una proteína relacionada con los tumores de ovario. Para reducir las posibilidades de un nuevo cáncer, Janaína optó por una cirugía preventiva para extirpar su aparato reproductor. “Ahora estoy en la menopausia definitiva, a los 35 años. Esta vez sé que no tendré más sorpresas agradables”, concluyó bromeando.