Una nueva tecnología está a punto de transformar la conectividad. Se trata del Li-Fi (Light Fidelity), que ofrece velocidades hasta cien veces superiores a las del Wi-Fi convencional. Desarrollada por Harald Haas, de la Universidad de Edimburgo, la Li-Fi utiliza pulsos de luz de LED para transmitir datos.
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Esta tecnología funciona a frecuencias de hasta 200.000 GHz, mientras que el Wi-Fi está limitado a 5 GHz. Además, el Li-Fi destaca en entornos con interferencias electromagnéticas, como hospitales y aviones.
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Otra ventaja del Li-Fi es la seguridad. A diferencia de las ondas de radio, la luz visible no atraviesa las paredes. En consecuencia, restringe la conexión al espacio iluminado y dificulta el acceso de los piratas informáticos. Así, la transmisión de datos es mucho más segura, lo que reduce la preocupación por la posibilidad de que la información sea interceptada.
El Li-Fi se está probando actualmente en luminarias LED de oficinas. También se está integrando en aviones comerciales. Se espera que la tecnología salga pronto al mercado. Por último, promete velocidades ultrarrápidas y abre nuevas oportunidades en diversos sectores, desde la salud al entretenimiento.
Sin embargo, el Li-Fi se enfrenta a varios retos. Es necesario que haya una línea de visión directa entre el transmisor y el receptor. Este requisito puede ser un obstáculo en entornos con iluminación controlada. Es importante subrayar que el Li-Fi no sustituirá al Wi-Fi, sino que ambas tecnologías coexistirán, ofreciendo soluciones rápidas allí donde la luz pueda utilizarse con eficacia.