En enero, en Luisiana (EE.UU.), las autoridades encontraron una escena terrorífica: Lacey Fletcher, de 36 años, muerta en su propia casa. Estaba atada a un sofá del salón, cubierta de insectos y de sus propios fluidos corporales. Los principales sospechosos de este crimen son sus padres, Clay Fletcher, de 65 años, y Sheila Fletcher, de 64.

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Lacey padecía el síndrome de enclaustramiento, una enfermedad que le impedía mover los músculos. Esta enfermedad debilitante requería cuidados constantes, que le proporcionaban principalmente sus padres. Cuando encontraron a Lacey, estaba parcialmente desvestida, sentada y ‘derretida’ en un hueco del sofá, cubierta de pies a cabeza de heces líquidas, lana y marcas de picaduras de insectos.

Sin embargo, las autoridades observaron que, curiosamente, la casa estaba organizada. Ewell Dewitt Bickham III, forense de East Feliciana Parish, reveló estos detalles. El pueblo de Slaughter fue el escenario de este crimen.

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Otro dato intrigante es que vecinos y conocidos dijeron desconocer que la pareja tuviera una hija. Este misterio se suma a la perplejidad que rodea al caso, que ha conmocionado a la pequeña comunidad local. Un jurado de 12 personas evaluará ahora los cargos contra los padres de Lacey, que podrían ir desde homicidio involuntario hasta asesinato en segundo grado.