Marissa Mowry fue contratada como niñera de la familia McBride en Florida, pero su trabajo se convirtió en una pesadilla cuando empezó a abusar de Chris McBride, que entonces solo tenía 11 años. En 2014, la mujer, que entonces tenía 22 años, quedó embarazada del chico, con el resultado del nacimiento de un hijo. Recientemente fue condenada a 20 años de prisión por su crimen.
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En una entrevista con Inside Edition, el joven relató las circunstancias del abuso. “Era un juego llamado ‘estás nervioso’, y el objetivo de este juego era poner tus manos en alguna parte de mi cuerpo y yo te diría si estaba nervioso o no. A partir de ahí la cosa fue a más”, explicó. Según Chris, los abusos tenían lugar casi todas las noches, y Mowry le convencía para que no se lo contara a su familia.
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El crimen no se descubrió hasta tres años después, cuando Chris se dio cuenta de que era el padre del bebé. Una prueba de ADN confirmó la paternidad, lo que llevó a la familia a denunciar a Mowry ante las autoridades. Aunque el tribunal aceptó que mantuvo una ‘relación consentida’ con el menor, la ley de Florida considera violación cualquier relación íntima con menores de 18 años.
La madre de Chris expresó su indignación en un comunicado. “¿Cómo pude dejar que esta mujer me manipulara a mí y a mi familia de tal manera que pudiera hacer esto? ¿Cómo no me di cuenta? Estamos hablando de un niño de 11 años. Ni siquiera un adolescente. Once. Y yo la tenía casi como una segunda hija”, dijo, recordando que la familia pensó inicialmente que Mowry se había quedado embarazada de un novio.
Actualmente, Chris está siendo criado por su padre, con el apoyo de su familia.