La provincia de Valencia, en España, se encuentra en un escenario devastador tras las inundaciones repentinas que comenzaron el martes 29 de octubre y que causaron 140 muertos en la mañana del jueves 31. Al principio del día, había 95 víctimas.

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El ministro de Transportes, Óscar Puente, informó de que aún hay cuerpos atrapados en vehículos sumergidos y unos 80 kilómetros de carreteras están dañados o bloqueados. Las lluvias torrenciales han convertido las calles en ríos, arrastrando los coches y dejando un rastro de destrucción.

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La ciudad de Valencia y localidades cercanas como Turís y Utiel se vieron gravemente afectadas, con registros de precipitaciones que superaron la media anual. Hubo personas rescatadas, entre ellas una mujer con un perro en brazos y un bebé, ambos rescatados en helicóptero.

La previsión es de más lluvias, con avisos de 20 a 40 mm por hora en algunas regiones. Han surgido críticas por la falta de alertas de inundaciones enviadas a los teléfonos móviles antes de las 20.00 horas del martes. El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitará la región durante los tres días de luto oficial y ha pedido a la población que siga las recomendaciones de emergencia.

Las inundaciones se han comparado con huracanes y tsunamis y son las peores del siglo XXI. Más de mil soldados se han unido a las tareas de rescate, recuperando cadáveres y ayudando a las personas atrapadas. o.

Vídeos mostraban a personas atrapadas en las aguas, mientras la agencia meteorológica española emitía alertas rojas y advertía de la continuación de las tormentas. España sigue recuperándose de una grave sequía y se enfrenta a un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático.