Tras la polémica en torno a los perros Bully XL, prohibidos en el Reino Unido por sus violentos ataques, ha surgido una nueva controversia en el país: la cría de gatos Bully Cat. La raza, una combinación de Munchkin y Sphynx, es promocionada por los criadores como una innovación, pero está suscitando serias preocupaciones sobre el bienestar animal.

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La doctora Grace Carroll, especialista en comportamiento animal, destacó los principales problemas de salud a los que se enfrentan los gatos de esta raza. “Su falta de pelo les hace susceptibles a infecciones respiratorias y quemaduras solares, mientras que sus patas cortas limitan su movilidad y aumentan el riesgo de artritis dolorosa”, explicó al Daily Mail. La doctora subraya que, aunque su aspecto intimidatorio es un atractivo, estas características genéticas conllevan más desventajas que beneficios.

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Los criadores de la raza, como Bella Jones, de BullyCats UK, defienden la salud de los animales y rechazan las críticas. “Todos nuestros gatos están testados y son totalmente funcionales. Viven en hogares felices y hacen todo lo que haría un gato normal”, aseguró.

Organizaciones protectoras de animales como Cats Protection están preocupadas por la propagación de esta nueva tendencia. “Criar animales con características extremas sólo por estética es perjudicial para la salud de los gatos. La cría ética debe priorizar el bienestar, no la apariencia”, afirmó la organización, que desaconseja la compra de Bully Cats.