Marisa Christie es la protagonista de una increíble historia ocurrida en Estados Unidos. Residente en Tomball (Texas), la norteamericana fue diagnosticada como ‘clínicamente muerta’ luego de sufrir un paro cardíaco durante una cesárea el 21 de agosto, donde no tiene recuerdos del nacimiento de sus trillizas.

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Al momento de de la extracción de las bebés, el médico separó la placenta del útero y provocó una embolia de líquido amniótico, un percance poco común y que puede ser mortal. En ese momento, Marisa padeció una grave hemorragia y dejó de respirar.

Según el anestesista que la atendió, “Marisa perdió prácticamente todo su volumen sanguíneo. La repusimos por completo, pero durante 45 minutos estuvo clínicamente muerta”.

Se utilizaron técnicas como la reanimación, transfusiones de sangre y el uso de una máquina ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea) para mantener sus órganos en funcionamiento. Christie estuvo una semana sedada en la UCI, donde le retiraron los sedantes. Después, se despertó perdida y sin saber que ya había dado a luz.

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Su médico confirmó que durante este tipo de embolias, la tasa de mortalidad ronda entre el 80-85%. 

Uno de los momentos más insólitos ocurrió en la hospitalización. Los doctores pusieron a las trillizas en el pecho de Marisa con la intención de que se creara un vínculo. Sin embargo, ella estaba inconsciente y creía que todo había pasado en sus sueños: “Cuando me desperté, estaba aterrorizada. ¿Cómo podía no recordar que había tenido a mis bebés?”, declaró al programa Today de la NBC.

«Mi familia me hizo muchas fotos y vídeos cuando estaba en el hospital, lo que me ayudó mucho a afrontar la realidad», explicó al medio estadounidense KBTX3, que retransmitió su historia.

La conexión con sus hijas, que tenían más de una semana cuando Marisa por fin las conoció, tardó algún tiempo en establecerse. “Sentía que no eran reales, que no eran mías. Me costó, pero ahora somos inseparables”, afirmó.

Dylan, el esposo de Marisa, también recordó cómo lo vivió: “Fue el momento más difícil de mi vida, pasar de la experiencia más bonita de ver a nuestras pequeñas por primera vez, al masaje cardíaco”, recordó el joven padre.