Muy activa y comprometida con mantener limpias las calles de su barrio, Matilda Pritchard, de 11 años, vivía con una grave cardiopatía genética que nunca mostró síntomas. La noche del 2 de abril de este año, Matilda, que parecía sana, se fue a dormir con normalidad, pero falleció durante la noche.
++ USS Eldridge: el proyecto estadounidense que teletransportó un barco
Cuando por la mañana encontraron a su hija en la cama, sus padres, Steve y Anna, llamaron inmediatamente a los servicios de emergencia. A pesar de la rápida respuesta, su muerte fue declarada antes de llegar al hospital.
La autopsia reveló que Matilda padecía miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho, una enfermedad que afecta aproximadamente a una de cada 2.000 personas y que se caracteriza por la sustitución del tejido cardiaco por fibras, lo que provoca arritmias y, finalmente, insuficiencia cardiaca. Según el Manual MSD, esta enfermedad es responsable de alrededor del 10% de los casos de muerte súbita.
++ Pez luna: descubre datos fascinantes sobre el pez óseo más pesado del mundo
Aunque la enfermedad es genética, no se ha detectado en ningún miembro de la familia, incluida Olivia, la hermana mayor de Matilda. Los estudios demuestran que es posible ser portador del gen sin desarrollar la enfermedad.
Steve describió la pérdida como ‘terriblemente catastrófica’, pero subrayó que la familia se ha comprometido a recaudar fondos para crear un programa educativo sobre la correcta eliminación de residuos, un tema que era especialmente importante para Matilda.