Luis Elizondo, antiguo funcionario del Pentágono, sede del Departamento de Defensa de Estados Unidos, afirmó el 13 de noviembre durante una audiencia sobre fenómenos anómalos no identificados (FANI) que el país posee artefactos alienígenas. Su declaración tuvo lugar ante dos subcomités de la Cámara de Representantes de EE.UU. 

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Con un amplio historial de servicio al Pentágono, Elizondo era jefe del Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales del Pentágono cuando dimitió en 2017. 

Lo más destacado de su testimonio bajo juramento fue cuando la presidenta de la audiencia, Nancy Mae, le preguntó: “¿Ha llevado a cabo el Gobierno programas secretos de recuperación de PAU? ¿Sí o no?” “¿Fueron diseñados para identificar y realizar ingeniería inversa de naves espaciales extraterrestres? ¿Sí o no?”, preguntó Mace, y él volvió a responder que sí. 

Por último, el ex funcionario confirmó la información recogida en su libro «Imminent: Inside the Pentagon’s Hunt for UFOs», según la cual empleados del Gobierno de EE.UU. fueron heridos por PAU y luego jubilados por invalidez. 

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Testimonio de Luis Elizondo “Permítanme ser claro”, comenzó Elizondo, hablando desde su experiencia como persona de alto rango en el departamento de identificación de amenazas espaciales de Estados Unidos. “Los FANI son reales”, dijo. 

Tras diez años investigando avistamientos inexplicables, al frente del programa del Pentágono, Elizondo garantizó que ‘tecnologías avanzadas no fabricadas por nuestro Gobierno ni por ningún otro están vigilando instalaciones militares sensibles en todo el mundo’. 

Aún más sorprendente, dijo el ex funcionario, es que Estados Unidos tenga en su poder tecnologías UAP, al igual que algunas de sus naciones adversarias. “Creo que estamos en medio de una carrera armamentista secreta de varias décadas, financiada con dólares mal asignados de los contribuyentes y ocultada a nuestros representantes electos y organismos de supervisión”, concluyó Elizondo. 

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Sus declaraciones fueron confirmadas por otros expertos que testificaron, como el contralmirante de la Marina estadounidense Tim Gallaudet, que comandó el Centro Naval de Guerra Submarina en 2015. “¿Amenazas desde el espacio? La mayor preocupación de los legisladores tras los testimonios no era solo que se sigan produciendo FANI, sino también dónde: la mayoría en instalaciones militares o de seguridad”.

Esta pregunta fue formulada específicamente a Elizondo por el presidente de la comisión, Glenn Grothman. “¿Es obvio que estas incursiones son más probables en instalaciones militares que en un aeropuerto cualquiera?”, preguntó el representante. Elizondo respondió. “No es una tendencia nueva. Ha estado ocurriendo durante décadas, y esa información ha sido ofuscada, desafortunadamente, por gente como usted en este comité, y creo que eso es problemático”

Retomando la declaración, Gallaudet aprovechó la ocasión para pedir «seguridad nacional para una mayor transparencia de las PAU», señalando que el gasto estadounidense en defensa nacional alcanzará los 900.000 millones de dólares en 2025. Eso es mucho dinero para «una comprensión incompleta de lo que hay en nuestro espacio aéreo», dijo el contraalmirante.

 Al señalar que se trata de tecnologías más avanzadas que las capacidades actuales de Estados Unidos, Elizondo bromeó: “Si se tratara de tecnología enemiga, sería un fallo de inteligencia que eclipsaría al del 11 de septiembre en un orden de magnitud”

Por eso, concluyeron los testigos, sea cual sea la tecnología inexplicada, el gobierno tiene la responsabilidad no sólo de descubrir su origen, sino también de compartir lo que ha descubierto con el público que paga impuestos.