Las innovaciones digitales están provocando que la Generación Z abandone no solo la capacidad de escribir, sino también los conocimientos básicos para expresarse con mayor claridad. La cuestión de si esto forma parte de la transformación que está experimentando la sociedad o si es un problema de la Generación Z que hay que abordar preocupa a los expertos. El hecho es que la Generación Z está perdiendo lo que la humanidad lleva desarrollando desde hace 5.500 años.
Según varios estudios y testimonios de profesores de diversas universidades recogidos por el diario turco Türkiye Today, los jóvenes de la Generación Z se han acostumbrado tanto a usar teclados que acabaron «entrando en shock» cuando dieron el salto de la escritura digital a la tradicional. Como cualquier habilidad que se pierde lentamente por falta de uso, los estudiantes demuestran ahora una pérdida considerable en la escritura a mano, a menudo torcida en la página y mostrando una caligrafía ineligible.
Un estudio realizado en la Universidad de Stavanger (Noruega) demostró que en sólo un año de centrarse exclusivamente en la escritura digital, el 40% de los alumnos perdieron fluidez en la escritura a mano. Sin embargo, los responsables del estudio garantizan que tener «mala letra» o cansarse más de lo necesario al escribir en papel no es lo peor que puede ocurrir como consecuencia de la digitalización.
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Motivados por el uso de las redes sociales como medio de comunicación, los estudiantes suelen evitar las frases largas o no consiguen construir párrafos con sentido. A la Gen Z no sólo le cuesta más escribir y comunicarse con eficacia, sino que, tanto si lo hacen a mano como con un teclado, son incapaces de crear párrafos con frases independientes, lo que hace que intentar comprender sus textos sea más caótico y difícil.
La buena noticia es que su capacidad para resumir cualquier concepto en menos de 10 palabras ha mejorado notablemente, pero a largo plazo hace que profundizar en temas más complejos les resulte especialmente difícil. Entre la pérdida de ciertas normas ortográficas y la capacidad de estructurar correctamente lo que quieren transmitir, la preocupación por el camino que tomará la escritura a medida que la tecnología siga creciendo es cada vez una realidad más palpable.