Se ha encontrado en Nueva Zelanda un ejemplar de la rarísima ballena picuda de Bahamonde, también conocida como ballena de dientes de espada, en un asombroso estado de conservación, lo que ha permitido estudiar la especie en detalle. Sólo se han avistado siete ejemplares de esta ballena en el mundo, lo que supone un hito para la ciencia marina.
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Tras los análisis realizados por los expertos del centro de investigación cercano a Dunedin (Nueva Zelanda), se barajó la hipótesis de que el animal murió a consecuencia de un traumatismo craneal. Según Anton van Helden, especialista en zifios, el ejemplar tenía la mandíbula rota y hematomas en la cabeza y el cuello, lo que indicaba un posible impacto mortal. Sin embargo, aún se desconoce el origen del traumatismo.
El estudio se realizó en colaboración con el pueblo maorí, que participó activamente en el proceso, garantizando el respeto de las tradiciones culturales. Para los maoríes, las ballenas son considerados tesoros preciosos y por ello el animal fue tratado con gran reverencia durante toda la investigación.
El macho, de cinco metros de largo, fue hallado en julio en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Tras la disección, el esqueleto se expondrá en un museo, mientras que la tribu maorí conservará la mandíbula y los dientes del animal, que también se reproducirán en impresión 3D para su estudio y conservación.
Aunque el estudio no llega a conclusiones definitivas sobre las circunstancias que llevaron a la muerte del animal, representa una rara oportunidad de aprender sobre la ballena más enigmática del mundo, al tiempo que refuerza la importancia de unir ciencia y respeto por las tradiciones culturales.