El suspendido presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, fue finalmente arrestado este miércoles después de una operación compleja que duró casi seis horas. Yoon, acusado de insurrección y abuso de poder, se convierte en el primer presidente surcoreano detenido durante su mandato. Aunque su destitución aún debe ser ratificada por la Corte Constitucional, este arresto marca un giro significativo en la agitación política del país.
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Operativo tenso y obstáculos en el camino
La operación para arrestar a Yoon comenzó a las 4:20 a.m. (hora local) y se extendió hasta pasadas las 10:00 a.m. Más de 1.000 agentes de policía llegaron a la residencia presidencial, donde fueron recibidos tanto por manifestantes a favor como en contra de Yoon. En su intento de arresto, los oficiales se enfrentaron a varias barreras, incluyendo muros humanos formados por sus seguidores y escoltas. Esta operación no era la primera: el 3 de enero, un intento previo fue frustrado por una multitud y las medidas de seguridad implementadas por su equipo.
Un operativo desafiante
Los agentes tuvieron que emplear herramientas y técnicas poco comunes para superar las defensas alrededor de la residencia. Utilizaron escaleras y cortadores de alambre para entrar, debido a las barricadas erigidas por los escoltas de Yoon. Algunos agentes treparon vehículos estacionados, mientras otros ingresaron a la residencia por un sendero cercano. La operación fue arriesgada, en medio de un clima extremadamente frío.
El juicio de destitución y el desafío legal de Yoon
Yoon fue destituido por el Parlamento el 14 de diciembre después de su declaración de ley marcial, lo que generó caos político en Seúl. A pesar de haber pedido disculpas por su acción, fue despojado de su cargo y quedó a la espera de un juicio. Sin embargo, se refugió en la residencia presidencial y se negó a colaborar con las autoridades, ignorando todas las citaciones. El juicio de destitución comenzó el lunes, pero fue suspendido rápidamente debido a su ausencia.
Declaración y reacciones tras el arresto
Después de ser detenido, Yoon publicó un video en el que aceptaba comparecer ante la Oficina de Investigación de la Corrupción (CIO), pero insistió en que la investigación en su contra era «ilegal». En su mensaje, expresó que su comparecencia tenía el fin de evitar un «derramamiento de sangre».
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Su arresto ha generado fuertes reacciones. El Partido del Poder Popular de Yoon calificó la detención como «ilegal», mientras que el líder del Partido Democrático, Park Chan-dae, consideró que la detención era un paso hacia la restauración del orden constitucional. Mientras tanto, el país sigue siendo gobernado por el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok, quien actúa como presidente interino.
¿Quién es Yoon y por qué fue arrestado?
Yoon Suk-yeol, un fiscal convertido en político, alcanzó la presidencia en 2022 tras una campaña enfocada en temas como la postura firme ante Corea del Norte y un enfoque antifeminista. Sin embargo, su presidencia se vio empañada por varios escándalos personales y conflictos políticos. En diciembre, su intento de imponer la ley marcial en respuesta a una supuesta amenaza interna desató caos y provocó su destitución por parte del Parlamento. Desde entonces, Yoon se ha resistido a ser arrestado y, aunque suspendido, aún permanece como presidente hasta que se confirme su destitución.
El complicado contexto de su arresto
A pesar de la destitución, Yoon conserva el derecho a contar con su equipo de seguridad, lo que complicó la detención. Los agentes del servicio de seguridad presidencial (SSP), leales a Yoon, desempeñaron un papel clave en bloquear el arresto, especialmente en el primer intento. Algunos expertos sugieren que Yoon pudo haber colocado a personas leales en el SSP anticipándose a esta situación.
Esta relación con el servicio de seguridad ha sido clave en la resistencia a su arresto, y algunos altos funcionarios vinculados al gobierno de Yoon, como el exministro de Defensa, también están siendo investigados por su papel en las decisiones que condujeron al caos de diciembre.
Reacciones divididas y un país polarizado
El arresto de Yoon ha dejado a Corea del Sur profundamente dividida. Mientras que sus seguidores prometen continuar luchando por su libertad, considerándolo víctima de una persecución política, sus detractores ven en su arresto una victoria para la justicia y el estado de derecho. Fuera de la residencia presidencial, la protesta continúa, reflejando la polarización que está afectando al país en medio de una crisis política sin precedentes.