Bridger Walker, el niño de Wyoming (Estados Unidos) que se lanzó delante de un perro pastor alemán para proteger a su hermana, sigue estando orgulloso de las cicatrices que le quedaron tras el incidente hace cuatro años. En aquel momento, necesitó 90 puntos de sutura en la cara tras ser atacado por el animal, pero siempre justificó su acción diciendo: “Si alguien tenía que morir, pensé que debía ser yo”.
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Ahora, Bridger sigue manteniendo el mismo pensamiento, según afirma su padre, Robert Walker. “Mi mujer y yo le preguntamos: ‘¿Quieres que termine?’ Y él respondió: ‘No quiero que termine del todo’”, declaró a People. “Bridger ve la cicatriz como algo de lo que estar orgulloso, pero tampoco la ve como un símbolo de su acto de valentía. Simplemente lo ve como ‘fui un hermano, y eso es lo que hacen los hermanos’”, reveló.
Tras el ataque, que tuvo lugar en julio de 2020, la historia de Bridger dio la vuelta al mundo después de que su tía, Nikki Walker, publicara en Instagram sobre el incidente. “Fue sorprendente cuando todo se hizo viral. No querríamos revivirlo, pero la luz que surgió superó a la oscuridad”, dijo Robert.
Bridger también recibió el apoyo de Chris Evans, que le envió un escudo, y de Tom Holland, con quien charló en directo. “Cuando habló con Tom Holland, se emocionó mucho, porque fue una llamada en directo. Realmente dejó una buena impresión”, dijo el padre.
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Además de la atención pública, el dermatólogo Dr. Dhaval Bhanusali ofreció a Bridger un tratamiento gratuito, que supuso un gran alivio tras una frustrante consulta con otro médico. “Nos dio muchas esperanzas”, recordó.
El pequeño se sometió a dos tratamientos con láser en Nueva York, ofrecidos por Bhanusali, y luego a otros dos procedimientos llevados a cabo por el doctor Cory B. Maughan en Utah para ayudar a reducir las cicatrices. “En un año, los médicos consiguieron eliminar las cicatrices casi por completo. Nuestra mayor preocupación era si podría volver a sonreír. Ahora, ver cómo ha recuperado la sonrisa, es más de lo que esperábamos”, dijo su padre.
El Dr. Bhanusali, que acompañó el tratamiento de Bridger, dijo que aunque los procedimientos no fueron fáciles, el niño los afrontó con gran valentía. “Este chico es el más valiente que he conocido. No creo que la gente se dé cuenta del nivel de daño que ha sufrido”, afirmó la dermatóloga.
El objetivo del tratamiento era que Bridger volviera a sonreír con naturalidad, algo que ocurrió poco después de la primera intervención. “Ese fue nuestro gran triunfo”, concluyó el médico.