El gobierno talibán ha ordenado que se bloqueen las ventanas que dan a espacios residenciales ocupados por mujeres afganas, alegando que ello podría dar lugar a «obscenidades». Para la ONG Afganistán Libre, las nuevas leyes cierran un círculo vicioso de absurdos y amenazan la vida de 28 millones de niñas y mujeres en Afganistán.

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Según un comunicado publicado el sábado 28 de diciembre por el portavoz del gobierno talibán, en el caso de los nuevos edificios, será necesario que no tengan ventanas a través de las cuales se pueda ver «el patio, la cocina, el pozo y otros lugares normalmente utilizados por las mujeres».

“La visión de mujeres trabajando en cocinas, patios o recogiendo agua de los pozos puede dar lugar a actos obscenos”, dice el documento publicado por Zabihullah Mujahid en X, escrito en árabe, dari y pastún.

“Ya no tienen derecho a nada desde el 15 de agosto de 2021, y cada seis meses el régimen talibán, que es un régimen terrorista, impone aún más restricciones para demostrar que son los amos del mundo en Afganistán”, afirmó Chékéba Hachemi, fundadora de la ONG Afganistán Libre. “Estos 28 millones de personas están siendo enterradas vivas porque ni siquiera pueden tener una ventana al mundo exterior”, advirtió en una entrevista con RFI.

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El régimen talibán también ha anunciado su intención de cerrar todas las organizaciones no gubernamentales, nacionales o extranjeras, que empleen a mujeres en Afganistán. El incumplimiento de esta nueva orden conllevaría la revocación de las licencias de funcionamiento de estas ONG.

La semana pasada, el Ministerio de Economía afgano recordó a las ONG nacionales e internacionales que está prohibido emplear a mujeres, tras un primer anuncio en diciembre de 2022. La ONU reaccionó el martes 31 de diciembre pidiendo a los talibanes que gobiernan Afganistán que revoquen este decreto, considerado «profundamente discriminatorio».

“Estoy profundamente alarmado por el reciente anuncio de las autoridades de facto en Afganistán de que las licencias de las ONG serán revocadas si continúan empleando a mujeres afganas. Esto va absolutamente en la dirección equivocada”, declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, en un comunicado.

Desde el regreso de los talibanes a Kabul en agosto de 2021, las mujeres han sido progresivamente excluidas del espacio público, lo que ha llevado a la ONU a denunciar un «apartheid de género».

Mujeres afganas sin libertad

En la actualidad, las mujeres afganas ya no pueden estudiar más allá de la escuela primaria, ir a parques, gimnasios o salones de belleza y apenas pueden salir de casa sin compañía. Una ley reciente les prohíbe también cantar o recitar poesía, de acuerdo con una aplicación extremadamente estricta de la ley islámica. Además, se les anima a «esconder» su voz y su cuerpo fuera de casa.

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“Estas últimas prohibiciones cierran un círculo de ridículo y absurdo. Deberían limitarse a declarar que están asesinando lentamente a 28 millones de personas -niñas y mujeres- en este país”, lamentó Chékéba Hachemi. 

“Todo el mundo vive en una constante sensación de terror porque todo se hace abiertamente: las lapidaciones, los azotes. Y en cuanto al trabajo de las mujeres en las ONG, el 80%, el 70% de las familias de Afganistán, antes de la llegada de los talibanes, eran mantenidas por mujeres. Ahora, si esto está prohibido, significa asesinarlas. Todo esto sucede en el silencio de todos los gobiernos europeos y también en el mundo musulmán. Así que ni siquiera sé qué decir a todas estas mujeres que me preguntan ‘¿por qué este silencio? ¿Qué dicen las democracias occidentales?”, afirmó la fundadora de la ONG Afganistán Libre.