La británica Anne Osbourne, de 58 años, sólo come fruta fresca desde hace tres décadas. Según sus propias palabras, su rutina alimentaria no incluye verduras, carne, carbohidratos ni productos lácteos. Aún así, garantiza que se siente muy sana.

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Anne sigue el frugivorismo y el crudivorismo, doctrinas dietéticas en las que sólo se consume fruta fresca, es decir, en su estado natural, sin cocinar. “Mi interés por la dieta empezó después de asistir a una conferencia en una pequeña sala encima de un pub en el Reino Unido. Un frugívoro local llamado David Shelley hablaba de la dieta y ver su energía, forma física y vitalidad me hizo querer probarla yo también”, explicó a news.com.au.

La británica empezó a interesarse por este singular estilo de vida en 1990. Por aquel entonces, Anne estaba embarazada de su hijo mayor, así que hizo una transición gradual de una dieta estándar a una vegana y luego a una de frutas. Al año siguiente, empezó a comer gradualmente más fruta y menos comida vegana cocinada hasta que adoptó una dieta 100% de fruta cruda.

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Según la mujer británica, antes de cambiar su estilo de vida, solía quedarse sin aliento y con opresión en el pecho con sólo subir una cuesta. Sin embargo, tras hacerse vegana, notó inmediatamente los cambios en su cuerpo y los beneficios para su salud. “Normalmente tomo dos vasos grandes de zumo de naranja recién exprimido después de volver de correr por la mañana. Más tarde, por la mañana, como todas las frutas de temporada que quiero. Ahora disfruto de cosas como arándanos, papaya, melón y sandía”, declaró al portal australiano.