Kelly y Larry Peterson, ambos diagnosticados de espina bífida, se enfrentaron a retos y prejuicios cuando adoptaron a Hadley, una niña con la misma enfermedad. Residentes en Cedar Lake (Indiana), ahora comparten su historia para animar a otras personas con discapacidad a plantearse la adopción.

++ Una niña de 11 años con un coeficiente intelectual superior al de Einstein estudia un máster en matemáticas

La espina bífida, una malformación congénita que afecta a la columna vertebral, es una característica común a los tres miembros de la familia. Kelly, de 46 años, es profesora de educación especial y vive con parálisis completa de cintura para abajo. Larry, de la misma edad, tiene movilidad parcial en las piernas. Hadley, que ahora tiene 6 años, también va en silla de ruedas, pero muestra una creciente independencia, algo que sus padres consideran esencial.

“Hadley ha traído mucho amor y alegría a nuestras vidas desde que nació. Nos sorprende cada día con su independencia”, dijo Larry, que trabaja en un centro de servicio del automóvil.

El proceso de adopción estuvo lleno de retos. Kelly recuerda que se enfrentaron a la resistencia de algunas agencias. “Algunos nos dijeron que no trabajaban con personas con discapacidad. Esto nos motivó aún más para demostrar que éramos capaces”, afirmó.

++ ¿Por qué había un muro cerca de la pista donde se estrelló el avión en Corea del Sur?

Hadley fue adoptada oficialmente en 2020, dos años después de que la familia iniciara el proceso. Kelly cuenta que, además de vivir con espina bífida, la niña se enfrenta a otras condiciones de salud, como apraxia y un trastorno cromosómico llamado 22Q, pero esto no ha impedido que la familia siga adelante.

“No tenemos experiencia en todas estas cuestiones, pero sabemos cómo buscar ayuda y cómo defenderla”, agregó la madre, que también se encargó de identificar signos de autismo en su hija y de buscar el diagnóstico adecuado.

La doctora Sue Mukherjee, del Shriners Children’s Chicago, destacó la importancia de la experiencia de Kelly y Larry. “¿Quién mejor para enseñar a un niño con espina bífida a ser independiente y a cuidar de sí mismo que alguien que vive con esta enfermedad?”.

Kelly y Larry se conocieron de niños en un campamento y se reencontraron años después a través de las redes sociales. Se casaron en 2016 y decidieron adoptar a Hadley en 2018, unos días antes de que se cerrara el plazo de solicitud.

“Con Larry, hay cosas que no necesitamos explicar. Él lo entiende porque también ha pasado por ello. Eso nos reconforta”, declaró.

Hoy, los Peterson esperan que su viaje inspire a otras personas con discapacidad a plantearse la adopción. “Nuestro objetivo es demostrar que es posible. Vivimos como cualquier otra familia. La diferencia sólo está en el ojo del que mira”, concluyó Kelly.