¿Sabías que Albania, un pequeño país europeo, tiene 176.000 búnkeres repartidos por todo su territorio? Albania llama la atención por sus lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como las ciudades de Berat y Gjirokastër, así como por su cocina mediterránea y sus leyendas sobre personajes como el héroe Epaminondas. Sin embargo, uno de los aspectos más curiosos del país son los búnkeres, que dominan diversos paisajes, desde montañas hasta playas desiertas.
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La construcción masiva de estos búnkeres tuvo lugar durante el régimen comunista de Enver Hoxha, que gobernó Albania con un estilo autoritario y paranoico. Creía que Albania corría constantemente el riesgo de ser invadida por sus vecinos, como Grecia y la antigua Yugoslavia. Su temor a una guerra inminente le llevó a autorizar la construcción de estos refugios en varias partes del país, creyéndolos esenciales para la defensa de la nación.
El temor de Hoxha no era del todo infundado. Durante la Segunda Guerra Mundial, Albania fue invadida por Italia en 1939, y su resistencia fue débil. Sin embargo, el terreno montañoso del país favoreció la guerra de guerrillas, y la capital, Tirana, fue liberada en 1944. Hoxha, que participó en esta resistencia, utilizó su experiencia para justificar el aislamiento del país y la construcción de búnkeres para preparar a la población y al ejército ante una posible nueva invasión.
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Hoy, muchos de los búnkeres están en ruinas, pero han pasado a formar parte de la historia y de la curiosidad de los turistas. Algunos se han transformado en espacios comerciales y otros sirven de recordatorio del periodo aislacionista de Albania. El enorme coste de construcción de estos refugios ha afectado a la economía del país, que sigue siendo una de las más pobres de Europa, pero los búnkeres siguen siendo un elemento llamativo del paisaje albanés.