La aviación militar ucraniana recibió un significativo impulso durante febrero. Las autoridades ucranianas han incorporado sus primeras unidades de cazas Mirage 2000-5F procedentes de Francia, complementando una reciente entrega de F-16 procedentes de Holanda. El ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, validó oficialmente la incorporación de las primeras unidades en suelo ucraniano.

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Los Mirage 2000-5F representan uno de los modelos más avanzados del caza fabricado en Francia. El primer contingente, compuesto por tres unidades, ya está siendo operado por aviadores ucranianos previamente capacitados en territorio francés. Tres unidades adicionales serán suministradas posteriormente, conformando un total de seis aparatos.

Estas aeronaves de combate incorporan armamento de última generación, como proyectiles aire-aire MICA, misiles crucero SCALP y bombas inteligentes HAMMER. Adicionalmente, han recibido mejoras específicas en sus componentes de guerra electrónica para contrarrestar las estrategias rusas en este ámbito.

La incorporación tanto de los Mirage como de más unidades F-16 amplía las capacidades defensivas aéreas de Ucrania. Los Mirage sobresalen por su rápida puesta en vuelo, crucial para la interceptación de misiles crucero y vehículos no tripulados que amenazan centros urbanos ucranianos. Por su parte, los F-16 han probado su rendimiento en situaciones reales – en diciembre anterior, un aviador ucraniano logró neutralizar seis misiles crucero rusos durante una única salida, incluyendo dos neutralizados mediante el cañón del aparato.

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Pese a estos refuerzos, los responsables militares ucranianos calculan que requieren unidades adicionales. El objetivo nacional es disponer de entre 120 y 130 cazas de fabricación occidental para garantizar una defensa territorial efectiva. Contabilizando los F-16 ya recibidos, la cifra total alcanzará aproximadamente 95 aparatos.

La gestión simultánea de diversos modelos de cazas supone un reto considerable para las fuerzas aéreas ucranianas, históricamente habituadas a operar exclusivamente aeronaves de procedencia soviética. No obstante, el país ha logrado adaptar tanto a su personal como sus instalaciones para un manejo eficaz de los nuevos sistemas.

Las autoridades ucranianas mantienen conversaciones con diversas naciones para continuar ampliando su flota aérea, incluyendo diálogos con Suecia respecto a una posible adquisición de cazas Gripen. Paralelamente, desarrollan protocolos para salvaguardar sus nuevas aeronaves frente a los sofisticados sistemas antiaéreos rusos, especialmente los modelos S-300 y S-400.