La selección española ya puede afirmar haber disputado un encuentro en el mítico estadio londinense. Sin embargo, la anhelada experiencia del equipo campeón mundial se vio empañada por un revés ante el combinado inglés en el segundo compromiso de la Liga de Naciones.
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El triunfo por la mínima diferencia de las Lionesses representa cierta compensación tras la derrota sufrida ante España en la final del último Campeonato Mundial. Todo ello ante la mirada de 46.550 aficionados, que momentáneamente quedaron sumergidos en penumbra debido a un fallo eléctrico en el recinto británico. Un incidente anecdótico en un duelo muy equilibrado donde las españolas desaprovecharon numerosas oportunidades.
El enfrentamiento conjugaba elementos de alta competitividad y valor simbólico significativo. Era la presentación de las campeonas mundiales en uno de los santuarios futbolísticos por excelencia. A pesar del peso emocional del evento, España salió al terreno de juego sin presiones y desprovista de inseguridades. El primer cuarto de hora perteneció exclusivamente al conjunto ‘rojo’, generando varias situaciones claras incluyendo un remate al poste ejecutado por Lucía García.
No obstante, el marcador permaneció intacto mientras Inglaterra sí experimentó un cambio de actitud, asumiendo progresivamente el control de la posesión. Principalmente a través de los costados y con dos aproximaciones peligrosas de Lauren James, la sensación de gol inminente se intensificaba y en un momento se materializó, mediante una jugada caracterizada por múltiples desaciertos defensivos superada la media hora, con un rebote favorable que Park supo capitalizar.
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Las dirigidas por Montse Tomé, quien introdujo diversas modificaciones en la alineación respecto al sufrido triunfo contra Bélgica, recuperaron el ritmo del encuentro y estuvieron cerca de igualar. Tanto en los compases finales del primer tiempo como inmediatamente después del intermedio. De hecho, la sensación de peligro no abandonaría el área custodiada por Hannah Hampton durante prácticamente todo el segundo periodo.
Similar a lo ocurrido la semana precedente durante más de sesenta minutos, España elaboró su juego, alcanzó posiciones estratégicas pero falló repetidamente en la definición, en ocasiones actuando con excesiva precipitación, en otras encontrándose con intervenciones meritorias de la guardameta británica.
Durante estos periodos de dominio español, también existió riesgo de una segunda diana local que Cata Coll evitó oportunamente poco antes del tiempo adicional que, en esta ocasión, no resultó suficiente para modificar un resultado que dejó a España con un amargo estreno y un retroceso parcial en el todavía largo camino hacia la clasificación para la fase final de otra competición, la Liga de Naciones, torneo del que también ostentan el título vigente.