El evento deportivo más importante de Estados Unidos se convirtió en escenario de tensiones políticas cuando Donald Trump, primer mandatario en ejercicio en asistir a un Super Bowl, aprovechó los abucheos contra Taylor Swift para atacar a la estrella pop, conocida por su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris.
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La noche del domingo en el Caesars Superdome se transformó en un campo de batalla político-cultural cuando Swift, presente para apoyar a su pareja Travis Kelce de los Kansas City Chiefs, fue recibida con abucheos al aparecer en la pantalla gigante. Trump, quien dejó el estadio tras el intermedio, no perdió tiempo en capitalizar el momento.
A través de su plataforma Truth Social, el presidente republicano lanzó una mordaz comparación: «La única que tuvo una noche más difícil que los Kansas City Chiefs fue Taylor Swift», haciendo referencia a la derrota 40-22 del equipo ante los Philadelphia Eagles. Trump añadió con satisfacción que «MAGA es muy implacable», celebrando la reacción negativa hacia la cantante.
El contraste en la recepción del público fue notable y rápidamente politizado: mientras Swift enfrentaba abucheos, Trump fue recibido con aplausos durante la interpretación del himno nacional, un detalle que no dudó en resaltar en sus redes sociales.
La animosidad entre Trump y Swift tiene raíces políticas profundas. La artista, una de las voces más influyentes del entretenimiento, se ha posicionado abiertamente a favor de Kamala Harris para las elecciones de noviembre, provocando la ira del presidente, quien llegó a declarar públicamente su «odio» hacia la cantante en Truth Social.