El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió su advertencia este sábado 1° al imponer aranceles significativos a México, Canadá y China, intensificando el riesgo de una guerra comercial con los principales socios comerciales del país.

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Desde su residencia en Mar-a-Lago, en Florida, Trump firmó tres órdenes ejecutivas que establecen un impuesto del 25% sobre todas las importaciones procedentes de Canadá y México, además de una tarifa del 10% para el petróleo canadiense y los bienes provenientes de China. Estas medidas entrarán en vigor el martes 4, según anunció la Casa Blanca.

Un funcionario del gobierno estadounidense detalló que las órdenes incluyen una cláusula de represalia: si alguno de los países afectados responde con tarifas sobre productos estadounidenses, la administración de Trump tomará medidas adicionales.

Este giro en la política comercial podría incrementar los costos para las empresas estadounidenses y desatar una crisis económica. La decisión ha sido criticada por economistas y empresarios que advierten sobre su impacto en las cadenas de suministro y la inflación.

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Razones detrás de los aranceles

Históricamente, los aranceles se utilizan para corregir desbalances de mercado, especialmente cuando un país subsidia sus exportaciones. Sin embargo, en esta ocasión, Trump busca utilizarlos como una herramienta de presión sobre Canadá y México para frenar el flujo de migrantes y drogas hacia EE.UU., además de castigar a China por su rol en la producción de fentanilo.

El presidente ha dejado claro que no está interesado en negociar estas tarifas y ha instado a las empresas estadounidenses a trasladar su producción al país para evitar los costos adicionales.

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Efectos sobre la economía global

Los expertos advierten que esta medida podría afectar la estabilidad económica mundial. Canadá, México y China representan más de un tercio de las importaciones de EE.UU., incluyendo productos esenciales como automóviles, electrónicos, acero y medicamentos.

A pesar de las críticas, la administración Trump ha restado importancia a las preocupaciones sobre un posible aumento de la inflación, argumentando que los beneficios de fortalecer la producción nacional superan cualquier impacto negativo.

Reacciones de los países afectados

México y Canadá han dejado en claro que no se quedarán de brazos cruzados. Canadá anunció que impondrá aranceles a productos emblemáticos de EE.UU., como el jugo de naranja de Florida, el whisky de Tennessee y la mantequilla de maní de Kentucky. Esta selección busca ejercer presión en estados políticamente clave para Trump.

El gobierno mexicano, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha prometido una respuesta mesurada pero contundente, mientras que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, advirtió que su país tomará represalias si Trump no da marcha atrás.

El anuncio de los aranceles se hizo sin negociaciones previas con los países afectados, lo que ha generado aún más incertidumbre.

El impacto en las empresas estadounidenses

Si bien algunos sectores de la industria manufacturera estadounidense han celebrado la medida, argumentando que ayudará a revitalizar la producción nacional, otros han advertido sobre sus consecuencias adversas.

Zach Mottl, líder de la Coalition for Prosperous America, respaldó la decisión de Trump y señaló que los aranceles ayudarán a fortalecer la economía local. Sin embargo, John G. Murphy, de la Cámara de Comercio de EE.UU., advirtió que estos impuestos comerciales dañarán a las empresas que dependen de cadenas de suministro globales.

Murphy subrayó que muchos de los bienes importados son insumos esenciales para fabricantes estadounidenses que no tienen alternativas nacionales, lo que podría generar aumentos de precios y escasez de productos.

Consecuencias para Canadá y México

Tanto México como Canadá dependen fuertemente de su comercio con EE.UU., ya que aproximadamente el 80% de sus exportaciones tienen como destino ese país.

Ambos gobiernos han intentado negociar con la administración Trump para evitar la imposición de estas tarifas, pero ahora evalúan sus propias estrategias de represalia.

Chrystia Freeland, exministra de Finanzas de Canadá, sugirió sancionar a Tesla con aranceles del 100% sobre sus vehículos, además de aplicar tarifas a bebidas alcohólicas estadounidenses. Mientras tanto, México ya ha preparado una respuesta, asegurando que está listo para actuar.

El futuro del libre comercio en Norteamérica

Estos aranceles representan un duro golpe para el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que permite el comercio sin barreras arancelarias entre los tres países.

Aunque el tratado incluye excepciones por razones de seguridad nacional, la administración Trump podría argumentar que la crisis fronteriza justifica estas medidas. Sin embargo, analistas advierten que esto podría socavar la integración económica de la región.

En el sector automotriz, por ejemplo, más del 50% de los componentes de los vehículos fabricados en Canadá provienen de EE.UU., mientras que en México la cifra es del 35%. Con estos nuevos impuestos, el costo de producción de automóviles podría dispararse.

Costo para los consumidores estadounidenses

Los economistas prevén que las empresas importadoras trasladarán estos costos a los consumidores. Según James Knightley, economista jefe de ING, una familia promedio de cuatro personas podría pagar hasta 3.342 dólares adicionales al año debido a los nuevos aranceles.

Los hogares de bajos ingresos serían los más afectados, ya que destinan una mayor parte de sus ingresos a la compra de bienes físicos, como ropa, electrónicos y alimentos, productos que ahora serán más caros.

A pesar de estas advertencias, Trump ha defendido su decisión, asegurando que su estrategia comercial apenas comienza. Desde la Casa Blanca, el mandatario adelantó que próximamente impondrá aranceles a la Unión Europea y a sectores clave como la industria de los chips y la energía.

Los principales asesores económicos del presidente, entre ellos el secretario del Tesoro Scott Bessent y el secretario de Comercio Howard Lutnick, han minimizado los riesgos inflacionarios y aseguran que estas medidas beneficiarán a la economía estadounidense a largo plazo.

Con la entrada en vigor de los aranceles en cuestión de días, el mundo estará atento a las respuestas de México, Canadá y China, así como a los posibles efectos de esta decisión en la economía global.