Tras una larga conversación telefónica con Vladímir Putin, el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció un posible giro en la guerra en Ucrania. Ambos mandatarios coincidieron en que es momento de iniciar negociaciones de paz «de inmediato» y se invitaron mutuamente a reuniones en sus respectivas capitales. Antes de eso, se espera que tengan un encuentro en Arabia Saudita.
++ Expertos advierten: La paz de Putin implica reconfigurar Europa del Este
Trump dejó claro que no considera viable la adhesión de Ucrania a la OTAN, un punto de gran tensión en el conflicto. Además, respaldó la postura del secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, quien cree que Ucrania difícilmente recuperará sus fronteras previas a 2014. Sin embargo, Trump sugirió que «parte del territorio» podría ser devuelto a Kiev.
Zelensky, por su parte, también habló con Trump y afirmó que seguirán en contacto para coordinar próximos encuentros. A pesar de esto, crecen las dudas sobre si Ucrania tendrá un papel activo en las negociaciones, ya que hasta ahora parece que solo Trump y Putin participarán en las conversaciones.
++ La guerra en el espacio ya no es solo ciencia ficción
El mandatario estadounidense publicó en sus redes sociales: «Es hora de poner fin a esta guerra absurda, que ha causado una destrucción innecesaria. ¡Dios bendiga a Rusia y Ucrania!».
Mientras tanto, los líderes europeos han expresado su preocupación. Reino Unido, Francia y Alemania han insistido en que cualquier negociación de paz debe incluir a Europa y a Ucrania. En un comunicado conjunto tras una reunión en París, afirmaron que su objetivo es «garantizar que Ucrania se encuentre en una posición de fuerza».
La OTAN, por su parte, enfrenta un dilema. Aunque sus líderes han tratado de proyectar unidad en la cumbre de Bruselas, la iniciativa de Trump ha relegado a la alianza a un papel secundario. «La llamada entre Trump y Putin ha cambiado las reglas del juego», señala el corresponsal de BBC News, Jonathan Beale. «Washington está tomando el control del proceso y ha dejado claro que no financiará más ayuda militar a Ucrania ni permitirá su ingreso a la OTAN».
En este contexto, la gran pregunta sigue siendo: ¿Está Ucrania realmente cerca de un acuerdo de paz o se encuentra en riesgo de quedar fuera de las negociaciones sobre su propio futuro?