A Poliana Ferraz, de 35 años, se le necrosó parte de la nariz tras someterse a una intervención estética. En 2022, acudió a una clínica de Taguatinga Sul, en Brasilia (Brasil), para someterse a un tratamiento en la zona de debajo de la barbilla. Sin embargo, sin que ella lo supiera, el médico responsable utilizó polimetilmetacrilato, o PMMA. El relleno es tan peligroso que Anvisa quiere prohibirlo.

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Poliana dijo que siguió a una influencer, cuyo nombre no mencionó, que la inspiró a hacerse una liposucción de papada. La trabajadora social pagó alrededor de 320 euros por el procedimiento estético. Pero en la clínica, la encargada, que se autodenomina enfermera esteticista, le ofreció otros procedimientos por precios más asequibles. Al principio, la joven se negó. Sin embargo, cambió de opinión: “Me dijo que tenía un bigote chino y me ofreció pagar la mitad del precio. La otra sería a cambio de publicitarlo en Instagram”, cuenta Poliana en una entrevista a “Metrópoles”. De 117 euros, el relleno en la zona costaba 58 reales.

Al salir de la clínica, Poliana empezó a sentir dolor. El mismo día, parte de la nariz se puso morada y se necrosó: “No me di cuenta de que había usado PMMA”, lamentó. Según la víctima, la responsable de la intervención le había dicho que había utilizado ácido hialurónico. Después, la trabajadora social empezó a sufrir complicaciones: la herida no cicatrizaba. Tuvieron que hacerle un injerto y empezó a tener problemas respiratorios.

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Según Poliana, al principio la enfermera la ayudaba con medicinas y otras cosas. Sin embargo, ahora que tiene que someterse a tres costosas operaciones, la mujer ha desaparecido. La responsable del procedimiento habría indicado profesionales sanitarios para ayudar a Ferraz, pero luego la bloqueó.