Sandro Alves de Oliveira, de Alagoa Nova, en la región de Agreste (Paraíba, Brasil), es conocido en el pueblo como «la moto de agua». Es el responsable de la creación de un sistema que hace que su moto funcione con agua, utilizando un reactor de aluminio para transformar las moléculas de hidrógeno en combustible. El invento surgió tras la huelga de camioneros de mayo de este año, cuando la escasez de gasolina y el alto precio del combustible le motivaron a buscar alternativas.

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“Con la falta de gasolina en aquel momento y el elevado precio del combustible, decidí crear este sistema con agua para ahorrar dinero”, explicó Sandro a G1 sobre la inspiración del proyecto. Dice que la moto puede recorrer hasta 1.000 km con sólo un litro de agua.

A pesar de los riesgos del proceso, Sandro afirma que desarrolló el proyecto de forma segura. “No es peligroso cuando sabes exactamente cuánto producto tienes que añadir al agua, lo hice bien y funcionó”, añadió.

Antes de ser conocido por sus inventos, Sandro trabajaba creando antenas de televisión, algo que sigue haciendo hoy en día. También aprendió a reparar electrodomésticos y aparatos electrónicos por su cuenta y empezó a ser solicitado por los vecinos del pueblo para este tipo de servicios.

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Genaldo Gonçalves, residente reciente de la ciudad, comentó sobre los inventos de Sandro: “He oído hablar de Sandro y sus inventos, y lo que es impresionante es que no tenga estudios y haga tan buen trabajo con la electrónica. La gente de la ciudad acude a él para que arregle sus aparatos electrónicos, porque es muy inteligente”, afirmó.

Sandro nació en la zona rural de la ciudad y, a pesar de una discapacidad que compromete su habla y le impide leer o escribir, nunca ha renunciado a sus proyectos. Aprendió a reparar aparatos electrónicos y a crear inventos de forma autodidacta. “Sólo sé firmar con mi nombre, porque tenía un problema en la cabeza y nunca pude estudiar”, reveló.

Uno de sus llamativos inventos es un trío eléctrico en miniatura fabricado con materiales reciclables, admirado por los lugareños. Sandro también ha creado una «batidora reciclable para caramelos» y, con la ayuda de su amigo diseñador José Carlos, ha desarrollado otros inventos como un puff multifuncional para escuchar música y un parque infantil en miniatura hecho con un secador de pelo.

Sandro es un ejemplo de creatividad e innovación, que desafía las limitaciones de la falta de acceso a la educación formal. “Me preocupa el medio ambiente y mis inventos están hechos con materiales que la gente cree que ya no sirven para nada”, agregó.

Con ideas que van más allá de los inventos actuales, Sandro también trabaja en un proyecto para crear un generador de energía eólica. A pesar de su talento, teme presentar sus proyectos a grandes empresas. “Podría incluso enseñar este proyecto a un empresario, pero tengo miedo. Por eso voy a dejar esta idea en mi moto, porque es complicada”, dijo.