Ariela Brito, de 25 años, vive una realidad a la que muchas madres en este mundo globalizado se enfrentan, pero pocas tienen el valor de exponer. Administradora de profesión, se convirtió en tema en las redes sociales tras publicar un vídeo irónico sobre los constantes comentarios que recibe por ser madre de Eloá, de apenas un año. Su hija, de piel negra, suele suscitar dudas entre los desconocidos sobre la maternidad de Ariela, que tiene la piel clara y el pelo rubio.
“Todos los días la gente pregunta si es mi hija, si es adoptada, si su padre es negro…”, cuenta Ariela a la revista CRESCER. Cansada de oír insinuaciones y preguntas invasivas, grabó un vídeo doblando la frase: “Me la prestaron”, en tono sarcástico, una forma de criticar el racismo sutil y las suposiciones basadas en el color de la piel.
Pero las situaciones van más allá del universo online. Ariela relata episodios de racismo explícito en la vida cotidiana. “Una vez, estaba en la panadería y un hombre me miró y me dijo: ‘¡Parece una un pequeño frijol negro! La has robado’. Eso me enfadó mucho. Me pareció muy ofensivo”, recuerda. El comentario racista fue el detonante para que empezara a hablar del tema en la red.
En una conversación con su padre, que es negro, Ariela descubrió que él también se había enfrentado a situaciones similares en el pasado. “Me contó que iba conmigo en el autobús mientras mi madre estaba en el trabajo. Entonces una señora empezó a mirarle hasta que le preguntó: ‘¿Has robado a esa chica?”, agrega. El episodio muestra cómo el racismo estructural atraviesa generaciones.
Ariela se define como mestiza, hija de padre negro y madre blanca. Su marido y su suegra también son negros, formando una familia multirracial que, según ella, sigue siendo objeto de juicios. “La gente no entiende, prefiere juzgar”, afirma.
El vídeo publicado por Ariela se hizo rápidamente viral y de él se hicieron eco muchas otras madres que viven situaciones similares. “Mucha gente siente el mismo dolor y algunos no saben afrontarlo con buen humor”, comentó. En los comentarios, mujeres de diferentes partes del país compartieron experiencias similares, poniendo de relieve cómo los prejuicios aún persisten en diversas formas.
Con ligereza, pero también con firmeza, Ariela transforma su experiencia en una voz activa contra el racismo. “Se hizo viral porque generó identificación”, dice. Y con ello, no sólo reafirma que es efectivamente la madre de Eloá, sino que fortalece a muchas otras madres que, como ella, se enfrentan todos los días a miradas dubitativas y palabras hirientes.