La diseñadora de uñas Denise Silva, de 34 años y residente en Brasilia (Brasil), experimentó un cambio radical tras someterse a una cirugía plástica que consideraba un sueño. Madre de tres hijos y sin intención de volver a quedarse embarazada, se sometió a una abdominoplastia, una liposucción y una reducción de pecho a la vez. En aquel momento tomaba la píldora anticonceptiva y se había sometido a una prueba Beta HCG, que dio negativo. Sin embargo, aproximadamente un mes después de la operación, empezó a encontrarse mal.
“La operación duró 8 horas y las secuelas fueron muy dolorosas. No lo sabía, pero ya estaba embarazada de 6-7 semanas”, cuenta Denise. La confirmación llegó tras una prueba de farmacia, seguida de una ecografía. “El bebé estaba ya de once semanas, todo formado y perfecto. Tengo que confesar que fue un susto. La operación fue un sueño y pensé que mi “fábrica” ya se había cerrado”.
El embarazo, que ya había comenzado durante la operación estética, provocó complicaciones. Con una barriga que crecía y una piel que aún estaba cicatrizando, Denise se enfrentó a graves problemas. “Se me abrieron las cicatrices y pasé seis meses con cirugía abierta hasta que se curaron”, cuenta. Su hijo, Moisés, nació prematuro, de 35 semanas, pero sano. “Hoy tiene tres años, es el amor de mi vida. El médico eligió el nombre porque yo estaba tan triste que no le había puesto nombre hasta el séptimo mes”.
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El caso cobró repercusión en las redes sociales, donde Denise comparte su rutina con casi 80.000 seguidores. Un vídeo publicado en marzo, en el que relata la experiencia, ha superado ya los 1,6 millones de visitas. Muchas mujeres han comentado experiencias similares, haciendo hincapié en los riesgos de las intervenciones estéticas realizadas sin la certeza del embarazo.
El cirujano plástico Wendell Uguetto, de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica, advierte de los peligros. “Durante la anestesia, los medicamentos pueden causar malformaciones. La cirugía también puede provocar hemorragias, cambios de presión e incluso abortos”, afirma. En casos como la abdominoplastia, subraya el impacto directo sobre el crecimiento uterino y los mayores riesgos de trombosis, infecciones y fallos de cicatrización.
Uguetto subraya: “Ningún procedimiento invasivo, ni siquiera el bótox o los rellenos, es recomendable durante el embarazo”.
El episodio de Denise sirve de advertencia a otras mujeres sobre los riesgos de la cirugía estética realizada sin pruebas concluyentes y un seguimiento adecuado.