En 1975, la Nasa envió dos módulos de aterrizaje para estudiar Marte. La nave Viking aterrizó en el Planeta Rojo y tomó muestras del suelo marciano en busca de señales de vida.
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Los resultados iniciales no fueron concluyentes; incluso parecían existir algunos indicios de vida, pero más tarde se dictaminó que sólo eran fruto de la contaminación procedente de la Tierra, ya que no se descubrieron otros indicios considerados indispensables para la vida. El resultado final fue que la misión no encontró organismos en nuestro vecino cósmico.
En las décadas siguientes, otras misiones espaciales también buscaron vida en Marte, sin éxito. A día de hoy, no hay pruebas de la presencia de extraterrestres en el planeta vecino.
Pero, ¿y si hubiera habido vida en aquellas primeras muestras de la misión Viking y el experimento de la NASA la hubiera eliminado accidentalmente? Suena a teoría de la conspiración o a historia de ficción, pero un científico cree que la posibilidad es válida.
Dirk Schulze-Makuch, astrobiólogo de la Universidad Técnica de Berlín (Alemania), sostiene que los experimentos Viking tenían un fallo crucial que podría haber arruinado la detección de vida: el uso de agua.
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En la época del proyecto Viking, los conocimientos de la ciencia sobre las condiciones en Marte eran limitados. El intento de detectar vida se llevó a cabo de la siguiente manera: el rover tomaba muestras de suelo marciano y les añadía agua y nutrientes. De esta forma, si había microorganismos viviendo en esos montículos, se multiplicarían con la adición de los ingredientes y sería más fácil detectar signos de actividad microbiana. Así es como se hace en las muestras aquí en la Tierra.
Más concretamente, en dos experimentos separados, el proyecto trató de encontrar moléculas en la muestra que representaran signos de metabolismo o fotosíntesis en esos trozos de suelo marciano, lo que indicaría la presencia de un ser vivo allí.
Sin embargo, en un comentario publicado en la revista Nature Astronomy, Schulze-Makuch sostiene que el agua podría haber tenido el efecto contrario. Y es que el entorno de Marte es tan seco y árido que, si hay vida en su superficie, probablemente esté adaptada a vivir en estas condiciones, y el H20 podría en realidad matar a los pobres microbios ahogados.
En el artículo, titulado «We may be looking for Martian life in the wrong place», el científico cuestiona la idea de que, para encontrar vida, haya que buscar necesariamente agua líquida. Señala que, en entornos muy áridos aquí en la Tierra, algunos microorganismos consiguen sobrevivir obteniendo cantidades de agua a través de la sal, que, a su vez, absorbe la humedad del ambiente. De este modo, si hay vida en Marte, podría depender de muestras de sales, no de líquido, y es a éstas a las que la Nasa debería estar atenta, argumenta Schulze-Makuch.
Según el investigador alemán, esto podría explicar por qué los resultados iniciales de la misión Viking apuntaban a posibles indicios de actividad microbiana en las muestras. Al fin y al cabo, quizá hubo vida allí, pero duró poco y sucumbió al exceso de agua.
Cabe señalar que se trata sólo de una hipótesis: Schulze-Makuch no tiene forma de demostrar que esto haya sucedido realmente. El objetivo del astrobiólogo es plantear un debate sobre cómo deberíamos buscar vida en Marte y qué tipo de experimentos deberían llevarse a cabo para ello.
De este modo, el investigador utiliza el caso para argumentar que, en futuras misiones, la Nasa debería plantearse experimentos que tengan en cuenta posibles microorganismos adaptados a vivir en ambientes superáridos. En otras palabras: centrarse no sólo en el agua, sino también en las sales.