Un final feliz marcó el desenlace de un terrible accidente ocurrido el pasado domingo 28 de julio en la localidad de Moundridge, en Estados Unidos. Un bebé de apenas 14 meses cayó en una tubería de PVC de unos 30 centímetros de diámetro y unos 3 metros de profundidad.
Los equipos de emergencia, entre los que se encontraban policías, bomberos y paramédicos, acudieron rápidamente al lugar de los hechos. Al llegar, encontraron al niño en el fondo del pozo, aparentemente ileso.
La operación de rescate fue delicada y duró unos 20 minutos. Los profesionales intervinieron para sacar al bebé sano y salvo. En un comunicado, la policía de Moundridge explicó que uno de los agentes construyó un ‘gancho de rescate’ improvisado utilizando un tubo de PVC más pequeño y una cuerda. Esta solución creativa fue decisiva para sacar al niño sano y salvo de la tubería.
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“Nos complace informar de que el niño, aunque visiblemente asustado, no sufrió ninguna lesión y se encuentra de nuevo a salvo. Expresamos nuestra profunda gratitud a todos los rescatadores por su rápida y eficaz actuación, que convirtió una situación peligrosa en un rescate con éxito. Damos las gracias a la comunidad de Moundridge por su continuo apoyo y a todos”, concluyó.