En el sexto mes de embarazo, Ketisley Freitas Lessa, licenciada en Derecho, fue picada por una araña parda, que le provocó una grave reacción en el cuerpo y necrosis en la pierna derecha. Esta semana, por fin, pudo respirar aliviada: su hija Mirella nació sana en Apicaí, en el interior de São Paulo (Brasil).
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El drama comenzó en enero de este año, cuando Ketisley, de 29 años, limpiaba su casa en Apicaí. Apasionada por las arañas, Ketisley tenía seis tatuajes de arácnidos por todo el cuerpo. Mientras limpiaba, sintió que una araña le subía por la pierna. Asustada, mató al insecto y le tomó una foto.
A pesar de su rápida reacción, el daño ya estaba hecho. Ketisley fue trasladada al hospital de la ciudad con una picadura en la pierna derecha. La foto ayudó a los médicos a identificar el arácnido como una araña parda, pero, como ella relató en las redes sociales, no le administraron el suero antiarácnido. En su lugar, le dieron el alta con antibióticos y analgésicos.
Al volver a casa, la situación empeoró. El dolor se hizo insoportable y Ketisley ya no podía caminar. Tenía el cuerpo cubierto de manchas rojas que le picaban y había aparecido necrosis en el lugar de la picadura.
Ketisley volvió al hospital, donde permaneció tres días. Tras este periodo, su estado se estabilizó, pero pasó los meses siguientes cuidando la herida, que le dejó una cicatriz permanente en la pierna.
En una entrevista con G1, Ketisley reveló que su mayor temor era que el veneno hubiera perjudicado el desarrollo de su bebé, Mirella. Con el nacimiento sano de su hija, este temor quedó finalmente disipado.
Aunque siempre le han gustado las arañas, ahora le aterrorizan. En el momento del incidente, llegó a bromear en las redes sociales: ”Ni siquiera mis arañas me han dejado inmune”.