Nigel Hunt, residente en las islas Scilly (Inglaterra), estaba en casa cuando sintió la picadura de una araña en el estómago el 30 de agosto de este año. Lo que parecía una situación inofensiva pronto se convirtió en un grave problema.
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Nigel, instalador de ventanas, tuvo que ser operado de urgencia para extirparle parte de la piel del vientre mientras estaba de vacaciones en Egipto. Le diagnosticaron fascitis necrotizante, una infección bacteriana conocida como ‘enfermedad carnívora’, en la que las bacterias penetran en el organismo a través de una fisura en la piel y destruyen los tejidos subyacentes.
Aunque no sintió ningún dolor inmediato tras la picadura, Nigel recuerda una sensación de pellizco justo debajo del ombligo: “Mi primera reacción fue saltar de la cama para ver qué era, pero no encontré nada y seguí con mi día con normalidad”, declaró al Daily Mail.
Cuatro días después, cuando se dirigía al aeropuerto para pasar sus esperadas vacaciones en Egipto, empezó a sentirse mal: “Cuando llegamos al aeropuerto y pasamos por facturación, nos dirigimos a la zona de embarque. En ese momento, todo pareció empeorar muy rápidamente, desde sentirme mal en la sala de embarque hasta tener la cabeza metida en varias bolsas de vómito durante la mayor parte del viaje”, describió Nigel.
Durante el viaje, la situación empeoró y la herida de la mordedura empezó a crecer, convirtiéndose en un agujero en su estómago. Buscó ayuda médica en dos hospitales y, tras análisis de sangre y ecografías, le diagnosticaron fascitis necrotizante. Los médicos sugirieron que le había picado una falsa araña viuda negra o una araña violinista.
La infección era tan grave que el médico advirtió que si Nigel no hubiera buscado tratamiento en un plazo de seis a diez días, podría haber muerto.
Se le practicó una intervención quirúrgica para retirar la piel muerta y está recibiendo antibióticos para tratar la infección. Aunque sigue hospitalizado, el tratamiento avanza, pero la herida sigue abierta y requerirá cuidados durante dos semanas.